CÁMARA DE DIPUTADOS

Diputada promotora de la reforma sobre 40 horas, abandona la bancada de Morena

La diputada federal Susana Prieto, formaliza su salida de la bancada morenista en la Cámara de Diputados.

Susana Prieto, diputada sin partido.
Susana Prieto, diputada sin partido. Créditos: Cuartoscuro
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La diputada federal Susana Prieto, promotora de la reforma de las 40 horas, para reducir la jornada laboral, anunció su renuncia a la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara de Diputados.

Indignada por el trato que se le dio, en especial por parte del coordinador parlamentario, Ignacio Mier, al que señaló de cometer violencia política de género, la congresista explicó las razones de su separación.

Manifestó que entre otros motivos, está la exclusión del debate y tratamiento a su propuesta para acortar las horas laborales a la semana, de 48 a 40.

También por haber sido excluida de la candidatura plurinominal que la dirigencia de Morena le ofreció inicialmente, y al final no le cumplió.

Aclaró que no se irá a ningún otra bancada ni partido, sino que permanecerá como diputada “independiente”.

Fue clara en señalar que no es militante del partido Morena, sino que accedió a una diputación plurinominal en calidad de “externa”, por lo que no está renunciando a un partido al que nunca perteneció.

Puntualizó que ella no es ni fue “morenista”, sino que es “obradorista” y seguirá respaldando al Primer Mandatario, siempre que se mantenga apegado a los principios de “no mentir, no robar y no traicionar”.

De modo que al salirse del partido, no está “traicionando” al proyecto del Presidente de la República, sino manifestando su desacuerdo con las formas en que algunos dirigentes morenistas se conducen y tratan a las legisladoras federales.

“Yo quiero decirle a la gente que no quiero que el pueblo de México me tache a mí como una traidora, yo no soy Lilly Téllez, no me voy a ir al PAN, no me voy a ir a MC, no me voy a ir al PRD, no me voy a ir al PRI, no me voy a ir a ningún partido político. A partir de hoy soy diputada independiente”, enfatizó.

Hizo hincapié en que no se prestará a ser una diputada “de mentiritas”, que sólo obedece las órdenes de la coordinación parlamentaria y levanta el dedo o lo baja, cuando se le instruye.

“Para que le bajes dos rayitas”

Respecto a su propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas y por qué fue relegada de su discusión, dio detalles.

La diputada Prieto relató que durante la más reciente reunión plenaria de la bancada de Morena, a finales de enero pasado, se acercó al coordinador Mier, a quien llamó, buscó y envió mensajes repetidamente, mismos que fueron ignorados, para preguntarle por qué la dejaron fuera del debate.

El parlamentario, contó ella, le advirtió que fue para que conservara la candidatura que se le había prometido, pero a cambio de que bajara la intensidad de sus pronunciamientos y acciones al respecto.

Y cuando tuvimos la plenaria aquí, no y que me habla y que le dijo: ¿por qué me tratas así? O sea, eres el coordinador de la fracción parlamentaria a la que pertenezco, te llamo, te busco, te doy mensajes, no me contestas, ¿pero por qué me excluiste si yo soy quien planteó la iniciativa?, ¿por qué me sacas del análisis?”, le cuestionó.

“Porque te hacía falta, para que le bajes dos rayitas. No, no lo tengo grabado. Sí, para que le bajes, te hacía falta. Es más, vas a repetir porque eres buena, ya me preguntó Mario, porque te tienen en las pluris y vas a repetir, pero te hacía falta lo de diciembre para que le bajes dos rayitas”, le respondió el coordinador.

Aprovechó para recordar que el 12 de diciembre pasado, cuando finalizó el periodo ordinario de sesiones, la bancada se organizó para hacer un festejo frente a la Tribuna y ninguno de sus compañeros la convocó ni la invitó a sumarse al mismo, dejándola sola en su curul, “como un chícharo” en medio del Salón de Sesiones.

Agregó que entre otras humillaciones por parte de Mire Velazco, que ya no está dispuesta a soportar, está la última que sufrió, cuando el líder parlamentario mandó a “arrancar” la placa con su nombre, de la oficina que se le asignó para trabajar en el recinto.