La Coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, acudió a Baja California con el fin de examinar y coordinar las acciones de preparación para la temporada de lluvias y ciclones tropicales 2024 en la entidad.
Acompañada por el secretario general de Gobierno Alfredo Álvarez Cárdenas, en representación de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, la funcionaria explicó las actualizaciones realizadas al Protocolo de actuación ante amenaza de huracán en territorio nacional, en el cual se enfatizan las medidas preventivas que las autoridades locales deben implementar de manera permanente como parte de la gestión integral de riesgos.
Estas incluyen acciones como desazolve de cuerpos de agua aun cuando estén secos; poda de árboles y retiro o reforzamiento de espectaculares; fortalecimiento del fondo estatal de protección civil y promoción de su implementación y gestión a nivel municipal.
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Pidió dar seguimiento a las recomendaciones de alerta del Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT), capacitar grupos de voluntarios y evaluar periódicamente los inmuebles designados como refugios temporales para verificar que estén en condiciones salubres y operacionales óptimas, entre otras.
La CNPC instó al estado a participar activamente en el próximo Simulacro Nacional 2024, planteando un escenario que simule el impacto de un huracán de categoría 4 en el municipio de San Quintín, a las 11:00 h del 19 de marzo.
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Enfatizó que esta iniciativa será una oportunidad para poner en ejecución las medidas delineadas en el protocolo mencionado, así como para adaptar estratégicamente las acciones a las necesidades específicas de la región.
Esta hipótesis anticipa vientos sostenidos de 220 km/h y ráfagas de 240 km/h en las localidades cercanas a la costa de Baja California, acompañados por lluvias acumuladas de 350 mm en un periodo de 48 horas.
Prevé también un oleaje elevado de 4 a 6 metros y mar de tormenta con alturas de 2 a 3 metros.
Ante estas condiciones, los tres órdenes de gobierno activarán los protocolos de preparación y atención, identificando áreas de oportunidad para su implementación.