Ante los efectos del cambio climático, la disminución del riesgo potencial de desastres, requiere del ordenamiento y el uso adecuado del territorio, la integración de una perspectiva de gestión integral en el desarrollo, así como la educación y la colaboración, apremió la investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Irasema Alcántara Ayala.
De cara al Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, que se conmemora el 13 de octubre, la académica recalcó la necesidad de identificar las amenazas en el entorno, implementar sistemas de alerta temprana y establecer planes de respuesta y rehabilitación ante el deslizamientos de tierra, sismos, huracanes, inundaciones y sequías, entre otros; también es “impostergable la educación y la capacitación en gestión de riesgos”, subrayó.
Esto es algo impostergable; con ello no solo se está en posibilidad de fortalecer la respuesta de reacción y recuperación de las comunidades, sino que también se aportan los elementos básicos que permiten a las personas comprender cómo se construye el riesgo y la forma de evitarlo, expone la académica universitaria.
La experta en deslizamientos de tierra, resaltó que en México, estos fenómenos ocurren predominantemente durante la temporada de lluvias a causa de precipitaciones intensas o acumuladas en áreas susceptibles, principalmente en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Baja California, Veracruz y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.