La Auditoría Superior de la Federación (ASF) entregó este viernes a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, el primer paquete de informes individuales de fiscalización a la Cuenta Pública 2022 del Gobierno Federal.
En un ambiente ríspido y de tensión, después de casi tres años de no pisar el recinto, el auditor David Colmenares finalmente se presentó físicamente.
Aunque al lugar llegó en silla de ruedas y entre un tumulto, se retiró a bordo de ese implemento, al llegar al estacionamiento de San Lázaro, sin dificultad y sin requerir ayuda, se puso de pie y abordó la camioneta en la que abandonó el recinto.
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“Auditor tapadera”
El funcionario fue recibido con críticas y protestas de las diputadas del PAN, María Elena Pérez-Jaén, y de Morena, Inés Parra.
Combativa, Parra Juárez reclamó en repetidas ocasiones al auditor superior, ser “tapadera” de actos de corrupción.
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Hasta su lugar llegó con una olla de metal en la mano, la cual le puso enfrente y le exigió destapar.
“Destape la cloaca, ¡destápela!, ¿por qué tanto temor auditor?, ¡destápela!, ¿por qué no la puede destapar?, ¡destápela! ¡Aquí está la tapadera y la cloaca, encubridores de corruptos, tapaderas!”, reclamó insistente la integrante del grupo parlamentario de Morena.
Una mujer del equipo de la Auditoría Superior intentó impedir la manifestación de la legisladora, al interponer su brazo para proteger a Colmenares y hacerla a un lado.
Furiosa, Parra Juárez volteó hacia la persona a la que también hizo un reclamo: “¿quién eres tú para reconvenirme?”.
Ante la negativa de Colmenares Páramo a tomar la olla y quitarle la tapa, la morenista se tomó un par de minutos para regresar a la carga.
Desdeñoso, el auditor superior inició su mensaje diciendo que le daba gusto saludar “a casi todos” los integrantes de la Comisión.
“En primer lugar agradezco a casi todos los integrantes de la Comisión de Vigilancia, la oportunidad que me dan de estar con ustedes, es decir, dos meses antes de que se formalice…”, decía, cuando Parra se le volvió a acercar.
Por un flanco, lanzó frente al auditor unos ratones de juguete que al parecer tenían pegamento, ya que al titular de la Auditoría le costó trabajo retirar.
“¡Aquí están sus ratones, ahí!”, expresó ella.
“Los tiramos ¿no?”, dijo él, que ayudándose con una hoja tiró al suelo los roedores.
Aunque el presidente de la Comisión de Vigilancia, el priista Pablo Angulo, también intentó acallar la protesta pidiendo respeto.
“Respeto es lo que deben (…) ¡ustedes son unas tapaderas!”, reviró la manifestante.
Ni corrupción ni nepotismo
Al terminar la atropellada reunión, el auditor salió del salón del evento, en la misma silla de ruedas en que llegó.
Rodeado por una nube de gente en la que lo mismo se revolvieron y empujaron personal de la Cámara, de la Auditoría, reporteros, camarógrafos y fotógrafos, Colmenares Paramo alcanzó a responder unas pocas preguntas.
Dijo que no hay corrupción en la Auditoría ni nepotismo, luego de que la diputada Pérez-Jaén Zermeño señalara que familiares de diputados y diputadas y exfuncionarios públicos, están trabajando en la Auditoría Superior y quizás a ello se debe que el organismo fiscalizador es omiso, no actúa con diligencia y no revisa todos los casos de corrupción en el gasto público.
Tras lamentar la conducción de la diputada Parra y los reclamos de la diputada panista, que a media semana lo “balconeó” comiendo tranquilamente en un restaurante de Polanco con el coordinador parlamentario de Morena, Ignacio Mier, Colmenares Páramo afirmó que no hay “delito” en comer con ese y otros congresistas.
“He desayunado y he comido con casi todos”, remató.
Sin hablar más y a bordo de su silla de ruedas, el titular de la ASF bajó al estacionamiento de la Cámara por uno de los elevadores del edificio F, donde su camioneta lo esperaba.
Sin dificultad alguna y sin necesitar ayuda de las decenas de personas que se arremolinaron a su alrededor minutos antes, para protegerlo, David Colmenares se levantó de la silla de ruedas y abordó el vehículo.