En México, dos de cada 10 mujeres desarrollan depresión durante el embarazo y durante el primer año tras el parto, y 75 por ciento de ellas no son diagnosticadas, no reciben el tratamiento ni la atención adecuada, alertó el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.
En el marco del Día de la Madre, la investigadora en Ciencias Médicas, Laura Elena Navarrete expuso que la falta de atención afecta el desarrollo emocional, cognitivo y social de la o el bebé, así como el apego madre-hijo, madre-hija. “Esta situación causa sufrimiento a las mujeres, quienes lo ocultan por desconocimiento y por temor a ser estigmatizadas”.
Detalló que existen factores que aumentan el riesgo de desencadenar depresión como el bajo nivel de escolaridad, desempleo, abortos previos, miedo al parto, embarazo no deseado, ser madre sola, mala relación de pareja, violencia de género, prenatal u obstétrica, o eventos estresantes en los últimos seis meses.
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Destacó que otra causa de que las mujeres desarrollen depresión es enterarse de que tendrá una niña, cuando el deseo por parte de la mamá, del papá o de ambos es que fuese hombre, o por el contrario, porque desearan una niña y es un niño.
Explicó que los síntomas de la depresión tienen que ver con tristeza, pérdida de interés en cosas que antes realizaban, aumento o disminución del apetito y de las horas de sueño, sentimientos de culpa, dificultad para tomar decisiones o la idea de que su bebé podría estar mejor sin ella.
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“Estas mujeres comúnmente sienten desesperanza, ansiedad, que las circunstancias las rebasan, que son incapaces de ocuparse de las necesidades de su bebé o que sus tareas son agobiantes. A veces experimentan sentimientos negativos por quienes les rodean, incluida a su hija e hijo”, enfatizó.
Señaló que la depresión en el embarazo ocasiona que no acudan a las citas médicas prenatales y no se alimenten de forma adecuada; “esto afectará el peso del bebé, puede provocar parto prematuro y dificultad en el proceso de crianza con consecuencias como diarrea, fiebre, problemas en el desarrollo motor, cognitivo, de lenguaje y social”.
Navarrete Reyes indicó que el tratamiento consiste en la prescripción de medicamentos y psicoterapia; por lo general después de seis meses de atención especializada se regulan las conexiones neuronales que están alteradas y la paciente se siente mejor.