La Semana Santa es una de las celebraciones más importantes para la comunidad católica debido a que se conmemora las diversas etapas que padeció Jesucristo en sus últimos días de vida, antes de la resurrección, según los pasajes bíblicos.
El Sábado de Gloria forma parte de la Semana Santa y en este día se espera la resurrección del Jesús de Nazaret. Esta fecha es conocida con tal nombre debido a que desde sus primeras horas se lleva a cabo una ceremonia religiosa con la que se celebraba la resucitación de Jesucristo.
A lo largo de los años, está celebración se caracterizó porque las personas solían aventarse agua para simbolizar la purificación del alma y la limpieza de sus pecados. Sin embargo, actualmente, la República ha presentado un estrés hídrico “muy alto”, según Fernando González Villarreal, director del Centro Regional de Ingeniería Hídrica, lo que impedirá que los católicos lleven a cabo este tipo de prácticas.
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“Hoy tenemos una crisis del agua severa. Ha aumentado la demanda para todos los usos (agua potable, generación de energía, producción de alimentos, minería, etcétera) y la cantidad de líquido de la que disponemos es fija. Tenemos hoy como 40 por ciento del mundo que está bajo muy alto estrés hídrico”, señaló González Villareal durante el lanzamiento del Premio Nacional Juvenil del Agua 2023.
De acuerdo con la Ley del Derecho al Acceso, Disposición y Saneamiento del Agua y la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, desperdiciar el agua o utilizar indebidamente los hidrantes públicos implica sanciones de 100 a 300 veces la UMA (Unidad de Medida y Actualización), es decir, quien cometa estas actividades deberá pagar 10 mil 374 y 31 mil 122 pesos, o en su defecto tendrá que enfrentar un arresto de 20 a 36 horas o 10 a 18 horas de trabajo en favor de la comunidad.
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En caso de que el estrés hídrico no alarme a los capitalinos católicos en Semana Santa, las multas y sanciones pueden hacer que reflexionen ante de desperdiciar agua durante el Sábado de Gloria.