Las temidas y oscuras celdas sin baño del Palacio de Lecumberri que fue ignagurado por Porfirio Díaz el 29 de septiembre de 1900 fueron testigo de los sucesos más perturbadores e interesantes del siglo XX.
Esta construcción fue diseñada por los ingenieros Miguel Quintana, Antonio Torres Torija y Antonio Anza, quienes decidieron construirlo bajo el tipo de arquitectura carcelaria panóptica patentada por el inglés Jeremías Bentham.
El estilo de la actual sede del Archivo General de la Nación se construyó para que los pasillos llegaran a un mismo punto y con una sola torre de vigilancia al centro, la cual era suficiente para estar al tanto del movimiento de cada interno y que generaba una fuerte presión psicológica en la que era nula la privacidad.
En el lugar estuvieron detenidas personas muy conocidas, además de que sucedieron acontecimientos históricos relevantes.
Mientras tanto, uno de ellos que involucró al edificio, es sin duda el asesinato del vicepresidente Pino Suárez y el entonces presidente Francisco I. Madero, quienes fueron aprehendidos en Palacio Nacional y trasladados al Palacio de Lecumberri.
Donde fueron abatidos con disparos en la cabeza y su cadáver fue enterrado en la parte trasera del edificio por una orden de Victoriano Huerta.
En 1912, Francisco Villa, el caudillo de la Revolución Mexicana durante el periodo de Porfirio Díaz fue encerrado en la prisión por órdenes de Huerta y acusado de robo.
De acuerdo con Paco Ignacio Taibo II, los hombres de Villa se apropiaron de un caballo de un comerciante inglés por lo que el corcel fue devuelto. Y aunque salvó su vida, Pancho Villa no logró salvar su libertad, ya que los cargos siguieron y fue trasladado al Palacio de Lecumberri.
El caudillo aprendió a leer y escribir gracias a la ayuda de un zapatista preso y aprovechó el tiempo para escribirle a Francisco I. Madero.
Tras ello, logró ser trasladado meses después a la antigua prisión de Santiago Tlatelolco donde decidió conseguir su libertad haciéndose pasar por un doctor en 1912 para escapar hacia Estados Unidos.
La penitenciaría de Lecumberri, con el tiempo se convirtió en un símbolo de represión, condena y miedo que alojó a asesinos, pero también a inocentes y presos políticos, guerrilleros e intelectuales, como el pintor David Alfaro Siqueiros.
A quien encarcelaron el 10 de agosto de 1960 y fue acusado de disolución social al ser un activista en aquella época, debido a que era el presidente del Comité de Presos Políticos y la Defensa de Libertades Democráticas.
Su ideología política comunista y antisistema fue plasmada en sus murales, esto lo llevó a pisar la cárcel de Lecumberri en seis ocasiones.
La primera ocurrió en una protesta con motivo del 1° de mayo de 1930 que lo llevó a prisión durante casi un año. También, se le acusó de haber intentado asesinar a Trotski, quien era el principal opositor de Stalin en la Unión Soviética.
Por lo que el gobierno ya lo tenía en la mira, pero fue hasta que el expresidente Adolfo López Mateos logró encerrarlo. A pesar de que fue huésped de esta penitenciaría tuvo algunos beneficios, como el seguir pintando y recibir visitas, una de ellas fue la de Julio Scherer quien acudió a platicar con el muralista en más de una ocasión.
Cabe mencionar que las pláticas se plasmaron más adelante en el primer libro del periodista, ‘Siqueiros: La piel y la entraña’. El último día en que el pintor permaneció en prisión fue el 13 de julio de 1964.
Otro de los personajes que fueron víctimas de la represión fue José Maximiliano Revueltas Sánchez, conocido como José Revueltas.
En 1968 estalló la protesta estudiantil en el mundo y México no fue la excepción, por lo que el gran escritor mexicano participó apoyando a estudiantes en la UNAM.
Pero la respuesta del gobierno fue la violenta represión en contra del movimiento estudiantil que culminó con la masacre del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
El 16 de noviembre de 1968 José Revueltas fue detenido y condenado a 16 años de prisión. Y fue acusado de incitación a la rebelión, asociación delictuosa, daño a la propiedad, ataques a las vías de comunicación, robo, acopio de armas y homicidio.
El 10 de diciembre de 1969 inicia junto a sus compañeros una huelga de hambre por tiempo indefinido que tuvo graves consecuencias para su salud.
Finalmente fue liberado en mayo de 1971 con libertad bajo palabra. El activista político falleció el 14 de abril de 1976 dejando una de las obras más universales de la literatura mexicana durante los dos años y medio que estuvo preso.
El paso de Juan Gabriel por el Palacio Negro de Lecumberri, es una de las etapas que causan mayor curiosidad en esta penitenciaría.
Ya que es una de las voces más reconocidas a nivel internacional de la música contemporánea mexicana y algunas de sus composiciones se dieron en está prisión.
¿Por qué estuvo preso ‘El Divo de Juárez'?
El cantante estuvo en prisión tras ser acusado de robo y el suceso ocurrió cuando el cantautor migró a la Ciudad de México para trabajar como solista en centros nocturnos.
Lamentablemente, las cosas no ocurrieron como Alberto Aguilera Valadez esperaba y se encontró en situación de calle, lo que lo obligó a dormir en la Central Camionera, en la Alameda Central, La Villa y la Estación de Ferrocarriles de Buenavista.
Por fortuna, el tiempo de reclusión le sirvió de inspiración al intérprete, ya que durante ese periodo compuso canciones como “Me he quedado solo”, “No tengo dinero” y “Tres claveles y un rosal”.
El episodio en la cárcel de Lecumberri pasó a la pantalla grande en la película ‘Es mi vida’, misma que fue interpretada por el ‘Divo de Juárez’.
La reclusión del michoacano duró 18 meses, luego de que su amiga Enriqueta Jiménez, mejor conocida como ‘La Prieta Linda’ pagara su fianza, a pesar de que el archivo de aquella cárcel no tiene registros de que Aguilera Valadez hubiera formado parte de sus reclusos.
Esta penitenciaría del Estado, fue la gran cárcel de México durante más de 70 años que en un principio estuvo diseñada para 800 reclusos, sin embargo llegó a tener 10 veces más, por lo que se llegó a convertir en un palacio de los horrores.
El 27 de agosto de 1976 la prisión cerró sus puertas, uno de los elementos que se tomó en consideración para el cierre definitivo, además del legislativo y de las condiciones físicas del inmueble, fue la “impresionante fuga” de 4 narcotraficantes que huyeron del edificio por un túnel de más de 30 metros de longitud, el 26 de abril de 1976.
Posteriormente fueron aprehendidos cuatro días después, sin embargo, ese mismo día se designó a Sergio García Ramírez, el último director de Lecumberri y quien eliminaría el cobro por la “fajina”, también permitió el esparcimiento y las visitas conyugales, y cerró el temible “Apando”.
Cabe recordar que el ‘Apando’ según José Revueltas y José Agustín era una celda de castigo. Esta prisión, conocida comúnmente como Palacio de Lecumberri debido a que el dueño de los terrenos donde se construyó se apellidaba así, también llegó a nombrarse como el Palacio Negro, por su historia de maltratos e injusticia.
El recinto está ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza en la capital del país y es el actual Archivo General de la Nación que encierra tanta historia de México y resguarda 54 kilómetros de documentos, además contabiliza un total de 565 fondos documentales que cada año va en aunmento.