En el marco del 45 aniversario de que el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS) de la secretaría de Salud, su director Jorge Enrique Trejo indicó que el principal reto para aumentar la donación altruista es hacer conciencia de la posibilidad que tenemos todas las personas de requerir una transfusión en cualquier momento de nuestra vida.
“El componente que más se transfunde en el país es el concentrado eritrocitario; y el grupo de sangre de mayor demanda es O positivo, que también es el que más se dona”, señaló.
Destacó que en nuestro país, son potenciales donadores las personas de entre 18 y 65 años, con peso corporal de 50 kg o más, que cumplen los requisitos que establece la NOM y son valoradas favorablemente por el médico o médica del banco de sangre.
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El especialista precisó que el abasto se mantiene habitualmente con la donación por reposición; es decir, cuando se solicitan personas donadoras a familiares de algún paciente que requiere cirugía o algún tratamiento médico, situación que debe ser revertida por la donación voluntaria y altruista con la participación de todas las instituciones de salud del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que la autosuficiencia se logra cuando al menos uno por ciento de la población total de un país dona sangre. En México sería equivalente a poco más de 1.2 millones de personas.
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A partir de 2020 se ha impulsado la difusión sobre bondades y beneficios de la donación voluntaria; en ese año se obtuvieron más de cien mil unidades de forma voluntaria, cantidad que representó 8.5 por ciento de toda la donación de sangre. Se trata del porcentaje más elevado en la historia de esta práctica, detalló.
Explicó que durante el periodo más alto de la pandemia disminuyó 70 por ciento la obtención de sangre, ya que México, como el resto de los países, sufrió un descenso en el flujo de donantes efectivos.
“En 2021 inició la recuperación y en la actualidad es similar a la que había antes de Covid-19; sin embargo, México mantuvo el abasto suficiente para responder a las necesidades transfusionales, como resultado de la estrategia de abasto, comunicación de riesgo, interacción interinstitucional y participación comunitaria”, refirió.