La Cámara de Diputados tenía previsto discutir en el Pleno, este jueves, en sesión presencial, el dictamen de la Comisión de Salud que reforma la ley en la materia, para establecer que toda persona tendrá que donar órganos de manera total o parcial, de manera automática, a menos que manifieste su voluntad de no hacerlo.
Ante la falta de consenso en la materia, incluso entre los miembros de la fracciones mayoritarias, los congresistas decidieron retirar el asunto, por lo que no habrá debate a ese respecto en el Salón de Sesiones.
El secretario de la Comisión y diputado Edelmira Movimiento Ciudadano (MC), Salomón Chertorivski, confirmó el retiro del dictamen del orden del día de la sesión.
Previamente, la Mesa Directiva le había dado trámite de declaratoria de publicidad.
Donación automática de órganos
El proyecto surgió de una minuta previamente aprobada en el Senado de la República.
Señala que los ciudadanos mayores de edad se convertirán en “presuntos” donadores de órganos, tejidos, células y cadáveres, y en caso de no estar de acuerdo, tendrán que tendrán que expresarlo de manera formal.
El documento prevé integrar a la ley el concepto de “consentimiento presunto del donante, cuando no haya manifestado su negativa a que su cuerpo o componentes sean utilizados para transplantes”.
Señala que la donación en materia de órganos, tejidos, células y cadáveres, “consiste en el consentimiento presunto o expreso de la persona mayor de edad para que, en vida o después de su muerte, su cuerpo o cualquiera de sus componentes se utilicen para transplantes”.
“Habrá consentimiento presunto del donante cuando no haya manifestado su negativa a que su cuerpo o componentes sean utilizados para transplantes”, dice el dictamen.
Cómo y quienes serán presuntos donadores
Puntualiza que el consentimiento presunto, sólo aplicara para la donación de órganos y tejidos cuando se confirme la pérdida de vida del “disponente“ y se informe de manera inmediata a sus familiares.
Los órganos y tejidos, en ese caso, sólo podrán usarse para fines de trasplante.
Indica que los menores de edad, incapaces o personas que por cualquier circunstancia se encuentren impedidas para expresarlo libremente, no podrán ser donadores de órganos ni presuntos ni expresos.
Sólo será admisible la donación expresa de una mujer embarazada, si el receptor estuviese en peligro de muerte y no implique riesgo para su salud o la del producto de la concepción.
Establece que el Centro Nacional de Transplantes y los centros estatales de trasplantes deberán garantizar que ni el receptor de trasplante o su familia conozcan la identidad del donante; y que los familiares del donante no sepan quién es el receptor.
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Negativa a donar, por escrito
Establece que en caso de que los ciudadanos no quieran donar sus órganos, tendrán que presentar con un documento firmado personalmente, donde se exprese esa voluntad.
El escrito podrá ser privado o público, o bien, se tomará como válido el formato o medio eléctrico que determine la autoridad en salud.
Sin recursos para implementar la reforma
En artículos transitorios, el planteamiento señala que las instituciones públicas de salud cubrirán los gastos generados con motivo de la entrada en vigor de la reforma, con cargo a los presupuestos que se les hayan aprobado, por lo que no se requerirán partidas adicionales para dar cumplimiento.
En el caso de las entidades de la República y de que se apruebe la reforma, su implementación correrá a cargo del presupuesto local.
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Necesaria, donación presunta
La propuesta analizar en el recinto parlamentario señala que es necesario contar con disposiciones en las que no se requiera “el consentimiento expreso”, sino “presunto”, es decir, que en automático todo mayor de edad será tomado como donador de órganos a menos que manifieste formalmente su negativa.
El dictamen refiere que en México, hay aproximadamente 23 mil personas en espera de recibir un trasplante de órganos, para mejorar su estado de salud e incluso salvar sus vidas.
Sin embargo, no hay una cultura de donación “altruista”, por el contrario, priva el desconocimiento en la materia así como la desconfianza en la disposición de los órganos donados, por parte de las instituciones de salud públicas y privadas.