El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ha reforzado las estrategias preventivas para abatir las implicaciones sociales y de salud pública del embarazo a edades tempranas, a través de servicios de planificación familiar y salud reproductiva que operan en las unidades médicas de primer nivel y hospitalarias en todo el país, informó el director general, Pedro Zenteno Santaella.
Al conmemorar el Día Nacional para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, el director general destacó la importancia de crear consciencia en la población sobre los riesgos para la salud y la vida de mujeres y bebés en esta etapa, además de establecer mecanismos preventivos y de apoyo a las personas vulnerables, que garanticen el acceso universal a la salud.
Alertó ante el gran impacto de este problema de salud pública. Reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que en el trienio 2015-2017 nuestro país registró una tasa de 13.7 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años.
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Estas cifras ubicaron a México como el país con el más alto índice de estos casos entre las naciones integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que habla de la importancia de prevenir.
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A su vez, el médico ginecobstetra y subespecialista en medicina materno fetal del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza”, José Ángel Cortés Reyna, precisó que debido a que en la adolescencia no se ha completado el desarrollo físico, hormonal, reproductivo, psicológico y social, un embarazo en esta etapa conlleva múltiples riesgos.
En cuanto al desarrollo físico, el útero aún no alcanza el tamaño adecuado para alojar el crecimiento normal del feto ni para aportar suficientes nutrientes durante su crecimiento.
“Estas condiciones aumentan el riesgo de que las adolescentes tengan bebés de bajo peso al nacer y presenten alteraciones del neurodesarrollo como déficit de atención e hiperactividad, e incluso algunos tipos de trastornos del espectro autista”, puntualizó.
Cortés Reyna, quien es miembro del Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia, señaló que existe rechazo social y negación a que una mujer de esa edad esté embarazada, y uno de los problemas que enfrentan por miedo es que no comentan a sus padres y familias su estado hasta que ya es inevitable ocultarlo; en consecuencia, llegan a la primera consulta médica alrededor de los cinco meses, con mal cuidado y problemas de desnutrición.
Agregó que algo muy importante es fomentar la comunicación intrafamiliar con las adolescentes y eliminar el tabú de hablar y reconocer cuando se tiene la certeza o la sospecha de un embarazo. Mientras más pronto se aborde y reciba atención médica, habrá más posibilidades de tomar las medidas adecuadas.
Informó que, en los servicios de planificación familiar y salud reproductiva de las unidades médicas, así como en las ferias de salud Ecos para el Bienestar que se llevan a las comunidades, las y los adolescentes pueden acudir para conocer la oferta de métodos anticonceptivos que proporciona el ISSSTE de forma gratuita.
Además, reciben orientación por parte de profesionales de la salud sobre beneficios, recomendaciones y formas correctas de uso de los distintos métodos para cuidar su salud sexual y evitar embarazos no planeados.
El personal sanitario a cargo de estos servicios está preparado para brindar trato digno y con respeto a los derechos humanos, por lo que la población joven puede acudir con la confianza de que serán tratados con respeto, cordialidad y confidencialidad.
Indicó que el instituto fomenta que las y los médicos del primer nivel de atención brinden la primera consulta a las adolescentes, para explicar los cambios físicos y emocionales de esta etapa: qué es la menstruación, cómo son los ciclos y que a partir de este momento inicia su proceso de ovulación, lo cual significa que pueden quedar embarazadas en caso de tener relaciones sexuales.
Resaltó la importancia de que todos estos servicios y acciones también están abiertos para varones adolescentes, pues es un hecho que donde se detecta una jovencita embarazada estuvo implicado un hombre, no siempre de la misma edad, por lo que es fundamental intensificar la orientación y el actuar responsable de la población masculina en la prevención y afrontamiento de este fenómeno.
Recomendó mantener hábitos de autocuidado y prácticas de sexo seguro mediante el uso de métodos de protección y planificación, ya que además pueden evitar contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), desde sífilis, gonorrea, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), hasta virus de papiloma humano (VPH); este último con los años puede evolucionar a cáncer de cuello uterino, concluyó.