Organizaciones civiles hicieron un llamado a los legisladores a tomar decisiones que permitan transformar las escuelas en espacios de bienestar que erradiquen la malnutrición y las enfermedades que se acrecientan a través de alimentos no saludables.
A un mes del regreso a clases de más de 25 millones de estudiantes, El Poder del Consumidor, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y la Coalición ContraPESO, recordaron que en 2016, el gobierno mexicano declaró emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes.
Atender la epidemia de obesidad equivale al 5.3 por ciento del PIB anual, gasto superior al presupuesto asignado a instituciones como IMSS e ISSSTE, situación catastrófica e insostenible para el sector salud.
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Actualmente en México, 4 millones de niñas y niños en edad escolar viven con sobrepeso y obesidad y de no tomar medidas urgentes, 1 de cada 2 desarrollará diabetes a lo largo de su vida.
Las escuelas forman parte de este problema de salud pública, ya que en un día de jornada escolar se consumen más de 550 calorías provenientes de productos ultra procesados, que se relacionan con daños profundos en el aprendizaje y la salud, además, la prevalencia de obesidad infantil aumenta casi 50% al finalizar la educación primaria, abundaron.
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Un estudio realizado en junio del 2022 en 77 escuelas primarias de la Ciudad de México encontró que, aún en el alarmante contexto de la pandemia por coronavirus, las escuelas continúan promoviendo ambientes no saludables, concluyendo que 9 de cada 10 incumplen con la regulación vigente de alimentos y bebidas, porque: 73% vendían comida rápida, 75% botanas dulces, 67% botanas saladas y 40% bebidas azucaradas, incluyendo refrescos.
El 90% tenían venta ambulante de comida chatarra afuera de los planteles, 77% tenían de 1 a 6 puestos, 76% no contaban con acceso a agua potable para consumo y hubo un acceso limitado a alimentos saludables como verduras, frutas, cereales integrales y semillas.