La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, volvió a presentar este fin de semana a las familias el plan de rescate para los 10 mineros que quedaron bajo el agua en el predio el pinabete, ubicado en Sabinas, Coahuila, pero éstas se negaron a aceptar la construcción de un tajo a cielo abierto por la demora que representa y exigieron que siguiera el bombeo, cuyas tareas se tardarían casi dos años de terminar de extraer el agua y de las minas abandonadas contiguas de donde se filtra el líquido
Justificó la construcción del tajo como la mejor propuesta, ya que en la medida que se vaya abriendo el terreno se llevaría a cabo el sellamiento que impida la filtración, pero sin detener el bombeo
La funcionaria sostuvo que las familias insisten en que se les permita bajar a otros mineros, pero el riesgo de derrumbes es alto y no permitirán el ingreso porque no hay condiciones para ello.
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Explicó que el bombeo se lleva a cabo con una capacidad de más de 600 caballos de fuerza, sin embargo, de acuerdo con los especialistas de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), éste debe realizarse con medida, ya que el terreno está muy húmedo y se pueden generar derrumbes al interior.
También dijo que se analizó la propuesta de inyección de cemento o polímeros, aunque esto no garantizaba que no hubiera colapsos.
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Velázquez Alzúa manifestó que la región carbonífera no cuenta con un atlas de riesgos y las empresas, como la que realizaba la extracción de carbón en el pinabete, no cuentan con protocolos y es lo que está revisando la dependencia.