En el Senado de la República, se destacaron las ventajas de impulsar en México el uso de copas menstruales, como instrumentos de higiene menstrual económicos, accesibles y con más ventajas que otros productos de ese tipo, como toallas sanitarias y tampones.
Al participar en la inauguración de un foro alusivo, la presidenta de la Mesa Directiva del recinto, Olga Sánchez Cordero, señaló que el tema es un asunto de derechos, el Estado debería garantizar el acceso a productos de gestión menstrual, incluyendo copas menstruales.
Dejar atrás tabúes y estigmatización, siempre representa avances en materia de derechos, dijo.
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Desconocimiento de la copa menstrual
Admitió que hasta hace poco, ella no tenía conocimiento de la existencia y funcionamiento de las copas menstruales.
Relató que cuando era adolescente, le dijeron que cuando menstruaba, estaba enferma e incluso le recomendaban no bañarse.
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“Soy de una generación que cuando llegue a la pubertad y a la adolescencia, me dijeron que cada vez que yo tenía mi ciclo menstrual estaba enferma y además no me tenía que bañar en esos días, y que prácticamente tenía yo que estar recluida”.
Subrayó que a la luz del tiempo, ese tipo de restricciones y creencias resultan irracionales.
El tema de la menstruación todavía es un tabú en la sociedad mexicana, admitió, porque no se informa a la población oportunamente en qué consiste ese proceso fisiológico.
Tampoco se ha asumido que acceder a productos de gestión menstrual es una cuestión de derechos que deben ser tutelados a través del sistema de salud nacional y el Estado mexicano, remarcó.
Ventajas de la copa menstrual
La congresista y ministra de la Suprema Corte en retiro, manifestó que entre otras ventajas, las copas menstruales, por su diseño y materiales, tienen una vida útil de más de 10 años, ya que son reutilizables, y tienen un costo unitario de entre 600 y 400 pesos, lo que significa una enorme diferencia con el gasto que implica comprar toallas y tampones sanitarios, a los que de inicio llamó “tapones”.
Refirió que en un ciclo menstrual regular, si la mujer utiliza toallas o tampones y tiene la posibilidad de seguir la recomendación de cambiarlos cada cuatro horas aproximadamente, en un mes llegaría a ocupar entre 20 y 30 unidades.
Esto significa que en un año tendría que utilizar cerca de 300 piezas: entre 10 mil y 15 mil unidades durante toda su vida, y si deja de menstruar alrededor de los 50 años, para ese entonces, habría gastado cerca de 26 mil 400 pesos, tan solo en la compra de toallas sanitarias y/o tampones.
Mujeres en pobreza
Subrayó que en el país, entre la población femenina, la cual supera a la población masculina, hay 25.7 millones de mujeres en pobreza, y 12.6 millones de ellas no tienen acceso a agua potable y 9 millones no tienen acceso a servicios de salud.
En el caso de las mujeres privadas de la libertad, se estima que son 12 mil, la gran mayoría, 92 por ciento, tienen que pedir apoyo a sus familiares para contar con productos de higiene menstrual, que no están disponibles en los centros de reclusión en el país.
Copas menstruales, legales apenas hace cinco años
En su intervención, la senadora de Movimiento Ciudadano (MC), Verónica Delgadillo, quien integró ese tema a su agenda de trabajo desde que fue diputada federal, recordó que acaba de presentar una iniciativa de reforma para implementar “licencias menstruales” en el trabajo.
Lo anterior, para que las mujeres tengan oportunidad, sin ver afectados sus derechos laborales, de no acudir a trabajar durante su ciclo menstrual, tal y como ya se aprobó en España.
Subrayó que hasta hace apenas 5 años, en México estaban prohibidas las copas menstruales porque la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) no había liberado los permisos y autorizaciones sanitarias para su uso y comercialización en el país.
Recalcó que la promoción de las copas menstruales no es un asunto de publicidad, mercado, marcas ni productos comerciales, sino de autonomía de las mujeres.
Coincidió con la senadora Sánchez Cordero en cuanto a que aún hay muchos estigmas en la cultura y sociedad mexicana sobre el uso de esos productos, y en suma sobre la menstruación.
Por ello, es necesario seguir trabajando para hacerla visible, hablar de ello como parte de la agenda parlamentaria y “naturalizarla” como lo que es, un tema de la vida diaria de las mujeres.
En el foro “La copa menstrual como alternativa sustentable”, el senador del PRD, Miguel Mancera, en calidad de organizador se pronunció a favor de que las autoridades provean de manera gratuita en todas las escuelas públicas del país, empezando por las que se encuentran en zonas marginadas, alejadas y en condiciones de precariedad, productos de higiene menstrual.