En la legislación en materia de eutanasia, los congresistas deben ser laicos al momento de tomar decisiones que afectarán a la población en su conjunto, planteó la titular del Programa Universitario de Bioética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Paulina Rivero
Invitada a la serie de mesas de discusión en la materia, organizadas en la Cámara de Diputados, recalcó que sería inaceptable que los legisladores introduzcan sus creencias personales religiosas, al emitir reglas.
“Pero no podemos introducir esa creencia a la hora de legislar, a la hora de legislar tenemos que ser laicos. Eso es lo que quiere decir ser laico, tener las creencias religiosas que se quieran tener en la vida personal, pero no a nivel social y mucho menos para legislar”, apuntó.
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“No se trata de ser ateos, se trata de respetar todas las formas de religión, pero de excluir todas las tintas religiosas del ámbito público, porque las ideas religiosas son respetables pero no se pueden imponer a los demás”, expresó.
Eutanasia, cuestión de respeto y derechos
Señaló que si bien en México no hay leyes en la materia, es posible acceder a la eutanasia utilizando recursos materiales para viajar a países donde está permitida y pagar servicios de hospitales o instituciones privadas a nivel nacional e internacional.
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Quienes no cuentan con esas facilidades económicas, apuntó, no pueden ejercer su derecho a la libre autodeterminación.
La eutanasia es opcional, si se emiten leyes al respecto, no significará que todas las personas estén obligadas a pasar por ello, dijo.
Se permitiría a todos aquellos que lo decidan, acceder al derecho que ya ejercen quienes tienen la capacidad económica suficiente.
El problema es el 96 por ciento restante de la población que no tiene más opción que vivir los efectos de padecimientos y enfermedades incurables, cuyas dolencias ya no pueden ser frenadas con tratamiento médico, apuntó.
Obstáculos para la eutanasia en México
La especialista enfatizó que el principal obstáculo para una legislación en ese tema es la laicidad.
Es necesario tener presente que México es un país laico, donde la ciudadanía tiene la libertad de profesar preferencias religiosas.
Sin embargo, “no se vale” que esas creencias marquen el destino de las leyes, las políticas públicas ni las decisiones de gobierno.
No se pueden definir leyes basadas en las convicciones religiosas de los representantes populares ni los gobernantes. “No se vale imponer creencias personales a través de las leyes”, alertó.
Legislar sobre eutanasia
La ponente señaló que si se busca establecer bases legales, estas deben tener como propósito proteger el “acto médico” señalado, así como dar certeza jurídica a la persona que lo solicita y al personal médico que asiste.
El camino legal en la materia, abundó, debe pasar por la petición expresa de la persona que quiere acceder a la eutanasia y en pleno uso de razón; por la intervención de personal médico capacitado; y por la evaluación de un comité en el que participen doctores externos, a fin de determinar si la solicitud se admite.
Una condición central para que se autorice la eutanasia, remarcó, es determinar que el dolor y sufrimiento de una persona ya no tiene “remedio” ni control con el uso de medicamentos y tratamientos existentes.
Se deberá contemplar la emisión de certificados médicos en los cuales se establezca claramente si el paciente puede o no acceder a la eutanasia.
Eutanasia no es “muerte digna”
Rivero Weber destacó que es necesario tener claro que el concepto de eutanasia no es el mismo ni un sinónimo de la llamada “muerte digna” ni de otras formas como el “suicidio médicamente asistido” y la “voluntad anticipada”.
Existe un concepto preciso y adoptado a nivel internacional, respecto a las características de la eutanasia, definida como el “acto médico llevado a cabo a petición expresa de un paciente, de poner fin a su vida, porque no desea vivir agonía y sufrimiento que son inevitables”.
Es indispensable que exista una petición expresa del paciente en esas condiciones, planteó.
Si no se pone fin a la vida del paciente que lo pidió, no es eutanasia, destacó.
Formas de ayudar a morir
La especialista puntualizó que en México existe la “voluntad anticipada”, donde un paciente o persona puede determinar, en pleno uso de razón y facultades, cómo quiere morir.
Aclaró que si un médico tiene “compasión” por una persona que se encuentra desahuciada y en dolor incesante, y le quita la vida, no aplica eutanasia, sino que cometerá un asesinato.
La “muerte digna”, refrendó, es un concepto variable, cambiante y que adquiere distintas connotaciones conforme a la época histórica, las concepciones religiosas y otros factores que son respetables, pero no son eutanasia.
Los llamados “cuidados paliativos” a pacientes en desahucio ya están previstos en la legislación mexicana, y podrían formar parte del concepto de “muerte digna”, pero eso tampoco es eutanasia.
El “suicidio médicamente asistido”, donde un médico proporciona los medios para que una persona enferma termine con su vida, tampoco es eutanasia
Señaló que en el país, como en muchas otras naciones, hay personal especializado en tanatología que acompañan a las personas en el proceso de la muerte, para que este transcurra en orden y con tranquilidad y eso tampoco es eutanasia.