El desafío principal de las organizaciones sindicales es recuperar los objetivos de representación de los derechos de los trabajadores para el mejoramiento del nivel de vida y del salario de los trabajadores, resaltaron especialistas que participaron en la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, organizada por la UNAM.
En el diálogo magistral “Los desafíos de los movimientos sindicales en América Latina y el Caribe”, Rafael Marino, representante del Sindicato de Telefonistas de México, comentó que los trabajadores mexicanos siguen sufriendo las consecuencias y la aplicación de medidas neoliberales junto con la precarización y deterioro de salario, como mecanismo fundamental para sustentar la competitividad de las empresas.
En el foro “Transformaciones del trabajo y luchas sindicales”, en el Auditorio “Dr. Manuel Sánchez Rosado”, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, Didice Godinho Delgado, trabajadora social brasileña, quien fue la primera coordinadora de la Comisión Nacional de la Mujer Trabajadora de la Central Única de Trabajadores en su país, señaló que “en el 95 por ciento de las centrales sindicales de Latinoamérica hay mujeres, aunque solo en el Cono Sur entre el 30 y el 40 por ciento de ellas ocupan cargos de decisión, pero en nueve de 15 países se han implementado medidas que amplían su presencia”, destacó.
Jordania Ureña Lora, secretaria de Políticas Sociales de la Confederación Sindical de las Américas y activista dominicana, dejó en claro que el feminismo es el eje principal de la transformación sindical, donde debe modificarse la política misógina y excluyente que hace que las mujeres tengan menos ingresos por el mismo trabajo.
“Hay que avanzar en las estructuras sindicales, solo Venezuela, Barbados, Costa Rica y Chile cuentan con lideresas gremiales, su papel debe ir más allá de ser solo secretarias de asuntos para la mujer”, subrayó.
Dalila Andrade Oliveira, de la Confederação Nacional dos Trabalhadores em Educação de Brasil, aseguró que la docencia en Latinoamérica está mal remunerada porque predominan mujeres. “Es claramente una labor femenina en la mayoría de los países. En Costa Rica el 81 por ciento de la planta académica son mujeres; en Ecuador 71 por ciento; Chile 79 por ciento; Perú 66 por ciento; Brasil 78 por ciento, entre otros”, concluyó.