Tras la aprobación de la reforma para reestructurar al Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), la cual implica la fusión de cinco áreas especializadas con otras ya existentes, así como el despido de más de 100 funcionarios, el secretario de Gobierno, Martí Batres advirtió que este año no habrá recursos extraordinarios para el árbitro electoral toda vez que cuenta con presupuesto para cumplir con todas sus funciones y obligaciones.
“Y de una vez, lo decimos con toda claridad: el gobierno no va a dar recursos extraordinarios, el Instituto ya tiene su presupuesto, y con ese presupuesto tiene que satisfacer sus necesidades operativas y administrativas y las prerrogativas de los partidos políticos que, por cierto, son por ley”, declaró tras encabezar la presentación de 500 personas tutoras de la estrategia “Juntos Construyendo la Paz”.
Al ser cuestionado sobre la falta de dinero que ayer denunciaron consejeros electorales para indemnizar a los funcionarios que se vean afectados con la reforma al IECM, el funcionario insistió en que no habrá recursos adicionales a su presupuesto ya que el organismo “tiene mucha tela de dónde cortar”.
“El Instituto tiene mucha tela de dónde cortar, y el Instituto tendrá que hacer sus propios programas de Austeridad: no va a haber ampliaciones presupuestales para el Instituto Electoral de la Ciudad de México, tienen recursos suficientes para entregarle a los partidos sus prerrogativas y para satisfacer sus necesidades administrativas y operativas; recordemos que, además, este no es año electoral”, comentó.
En este sentido el secretario de Gobierno comparó a la Procuraduría Social cuyo presupuesto es de 240 millones de pesos, dinero con el que organiza su estructura, “pero además apoya las obras mayores, medianas y menores de decenas, y a veces cientos, de unidades habitacionales, ¿cómo es posible que al Instituto Electoral no le alcancen mil millones de pesos, nada más para el funcionamiento de su propia burocracia interna, en un año no electoral? Hagámonos esa pregunta”, concluyó.