El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, afirma que la sustentabilidad y consolidación de la democracia mexicana no depende de reformas electorales que busquen quitar o agregar atribuciones a las autoridades electorales.
Al encabezar la presentación del “Informe País 2020: El curso de la democracia en México”, detalló que la sustentabilidad de la democracia corre por dos ejes: el primero contempla el fortalecimiento de la cultura cívica, y el segundo implica una nueva actitud de las autoridades en los tres niveles de gobierno que les permita elevar sus estándares de eficiencia para atender los problemas del país.
“La consolidación de la democracia mexicana está más vinculada a la construcción de una nueva cultura cívica que a reformas electorales regresivas que busquen debilitar el pluralismo, desmantelar el sistema nacional de elecciones o la autonomía e independencia de las autoridades electorales. Seamos claros, aunque la construcción de la confianza en las instituciones de la democracia siempre tiene ámbitos de mejora y siempre debe mejorarse, es una necesidad, la sociedad confía en su sistema electoral como lo revela el Informe País, mucho más que en otros ámbitos de la vida pública y mucho más que en otros actores políticos”.
Al respecto, Córdova Vianello señaló que, de acuerdo con dicho estudio, el INE cuenta con un buen nivel de confianza, mientras que los legisladores y partidos políticos son de las instituciones con los menores niveles de confianza.
“A pesar de los intentos, de las obsesiones por descalificar a esta institución que es de todas y todos los mexicanos, oscila en una credibilidad y una confianza entre el 65 y 70%. En ese mismo sentido, las instituciones con menores niveles de confianza y esto es muy preocupante, son las y los senadores y diputados federales con el 23 por ciento; los diputados locales con el 23 por ciento y los partidos políticos con el 22 por ciento”.
Asimismo, el titular del INE destacó que otro resultado del Informe País es que el país cuenta con una ciudadanía en formación que se ilusiona con las elecciones, pero se desilusiona con los gobernantes que elige.