El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), destacó que en septiembre de este año se registró el mayor nivel de inflación de los últimos 21 años con un incremento en los precios de 8.70% respecto a septiembre de 2021, esto impacta directamente a quienes menos recursos tienen , ya que el 10% de los hogares con menores recursos, destinan una mayor proporción de sus ingresos a la adquisición de alimentos que es lo más caro.
En ese contexto, se presentó el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC) como el sucesor del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) mostrado en mayo, ambos con la intención de contener la inflación. El aumento de precios lleva 19 meses fuera de los rangos establecidos por el Banco de México, de 3% +/-1% y, por tercer mes consecutivo, ha mantenido niveles por encima del 8%.
Para los hogares de altos recursos, que perciben más de 50 mil pesos al mes, la inflación promedio de la canasta de consumo fue de 8.63% entre septiembre de 2021 y el mismo mes de 2022. Por otro lado, los hogares de ingresos más bajos (decil 1), que cuentan con alrededor de 3 mil pesos al mes, enfrentaron un incremento de 11.16% en el gasto necesario para adquirir la canasta de consumo. Este nivel de encarecimiento es 2.5 puntos porcentuales mayor que el que enfrentaron los hogares con más altos ingresos, señaló el IMCO.
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La inflación persistente, en particular una que afecta más a la población con menores recursos, no solo amplía las brechas existentes en el país y tiene el potencial de aumentar la desigualdad, sino que aumenta el riesgo de que más personas incurran en pobreza y acentúa las carencias derivadas de una baja posibilidad de cubrir sus gastos alimenticios básicos.
El establecimiento de controles de precios de productos específicos y las medidas para facilitar su importación -estrategias incluidas en el APECIC y el PACIC- tienen un efecto limitado en ese sentido y, en el caso de la exención de los permisos sanitarios, implican el riesgo de generar problemas de salud en la población. Si bien medidas como los subsidios a las gasolinas han sido más efectivos para contener la escalada de precios energéticos, implican un alto costo para las finanzas públicas, por lo cual son muy difíciles de implementar por tiempo indefinido sin que representen un riesgo para la hacienda pública.
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Más allá de medidas concentradas en el corto plazo, el IMCO considera que un plan encaminado a la mitigación de la inflación debe contemplar, por una parte, apoyos monetarios que estén focalizados a poblaciones vulnerables.