La colectiva Libres y Combativas realizaron una toma simbólica del Poder Judicial de la Ciudad de México para exigir que no se permita que el 93% de los agresores y feminicidas se mantengan en la impunidad debido a la inacción de las autoridades.
Las integrantes de esta organización utilizaron el micrófono para narrar sus testimonios de violencia feminicida y las madres de víctimas, como en el caso de Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín, asesinada en Ciudad Universitaria en 2017, reclamaron que funcionarios como los Magistrados Rafael Guerra y Salvador Ávalos permitan que los acusados, a pesar de las pruebas en su contra, sean liberados de manera inmediata.
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Explicó dos temas en especifico: la violación sexual de una joven por el que pareciera un agresor en serie con más de diez denuncias, haya sido detenido por las activistas y víctimas y horas después dejado en libertad. También una activista que sufrió intento de feminicidio por parte de su ex pareja, fue liberado por considerar que se trataba de violencia doméstica por el Poder Judicial de la CDMX.
Además han señalado que las autoridades mantienen en el abandono sus carpetas de investigación a un cuando muchos de los casos tienen elementos de violencia, tortura y agresiones por razón de género.
Las activistas, quienes permitieron que continuaran las actividades del Poder Judicial y realizaron en corte de circulación de apenas unos 15 minutos, marcaron las siluetas de las mujeres que han muerto a manos de violentadores y feminicidas y anunciaron que regresarían a las 19:00 horas, cuando serían atendidas por magistrados para revisar estos y otros casos pendientes.