El órgano más largo del cuerpo humano es muy poco conocido, pero su función es vital, nos protege hasta en el más íntimo rincón de nuestro organismo y sin él no podríamos vivir.
En los adultos se estima que este órgano puede llegar a pesar casi lo mismo que nuestro cerebro, es decir, alrededor de 1,4 kg, y si se extendiera, alcanzaría la dimensión de hasta 3 canchas de básquetbol, de ahí su consideración como uno, si no es que el órgano más largo del cuerpo humano.
Su función es cubrir todas las arterias y venas del cuerpo, desde las más grandes hasta los más diminutos como los vasos sanguíneos, o sea, no tiene un lugar específico, está en todas partes y mantiene contacto directo con nuestra sangre.
Este órgano lleva por nombre: glicocálix endotelial, es como una capa suave que sirve de abrigo a las venas y arterias, su grosos es muy diminuto, de una diez milésima parte de un milímetro.
Funciones del Glicocálix, órgano más largo del cuerpo humano
- Actúa como una barrera selectiva para el paso de moléculas a la sangre.
- Protege nuestro organismo contra la pérdida de fluidos.
- Ayuda a transportar los glóbulos rojos.
- Funciona como un escudo para impedir que se presenten coágulos y obstrucciones en las paredes de las venas y arterias a causa de la adhesión de otras partículas.
En resumen, cada función es esencial para el buen transporte de la sangre en todo el cuerpo y que ésta pueda cumplir con su gran labor de proporcionar oxígeno a las células y eliminar el dióxido de carbono, distribuir nutrientes, regular la temperatura corporal, entre otras.
"Arteriosclerosis", la enfermedad del endurecimiento de las arterias
¿Qué pasaría si desapareciera una parte del glicocálix? Si se llega a dañar parte de este recubrimiento de las venas y arterias, desencadenaría una acumulación de grasas, colesterol malo y otras sustancias que obstruirían el paso de la sangre.
Otras consecuencias de su deficiencia serían padecimientos como ictus cerebrales, hipertensión o preeclampsia. La causa de la afectación del glicocálix se debe principalmente a toxinas o infecciones bacterianas, como la malaria, de ahí el principal riesgo de muerte en las personas.
También se ha encontrado que en padecimientos como la diabetes, la metástasis, la ceguera, la gangrena y problemas en los riñones hay un deterioro significativo de la membrana del glicocálix que alteran progresivamente las funciones en el organismo.
Por desgracia, pese a su gran importancia, hay muchos vacíos científicos sobre su funcionamiento debido a que el órgano más largo del cuerpo humano es muy frágil, diminuto y difícil de ver en acción.