Además de los múltiples acuerdos con farmacéuticas internacionales, México trabaja en sus propios proyectos de vacuna anticovid, que desarrollan varias universidades y según sugerencia de las autoridades podría llamarse “Patria”.
Con recursos limitados y avances más lentos que los países y las farmacéuticas que diseñaron y ya producen vacunas en el mundo, el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), entre otras, avanzan en sus investigaciones.
Información relacionada: Avanza 83 % vacunación de adultos mayores en CDMX
Las dos primeras tienen como objetivo llegar a fin de año con una vacuna lista, y la tercera asegura ya contar con la misma.
Las tres instituciones tienen un propósito común: ofrecer una vacuna de bajo costo.
“Vamos más despacio en el desarrollo porque tuvimos que adquirir muchos materiales para iniciar la investigación, lo que demoró las cosas”, dijo este martes en entrevista con Efe la coordinadora de la investigación del IIBm de la UNAM, Edda Sciutto.
“Si conseguimos los recursos necesarios, en octubre esperamos tener una vacuna nacional”, añadió.
Para la experta en investigación biomédica básica por la UNAM “disponer de una vacuna nacional en medio de una circunstancia como la que estamos viviendo (pandemia) es un asunto de seguridad nacional”, añadió.
México suma más de 2,13 millones de contagios y más de 190.000 muertos, siendo el tercer país del mundo por número absoluto de decesos.
El país fue uno de los primeros países en iniciar la vacunación de covid-19 el 24 de diciembre con el fármaco de Pfizer y BioNTech, pero hasta ahora solo ha aplicado 2,84 millones de dosis de cualquier vacuna, en una nación con 126 millones de personas.
Para hacer frente al rezago, México ha precomprado 34,4 millones de dosis de Pfizer, 79,4 millones de la británica AstraZeneca, 35 millones de la china CanSino, 24 de la rusa Sputnik V, y 51,4 millones de la plataforma Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, este mismo martes anunció la precompra de hasta 22 millones de vacunas adicionales de las farmacéuticas chinas Sinovac y Sinopharm.
ÁREA DE OPORTUNIDAD
La especialistas mexicana explicó que el antídoto de la UNAM tiene un espacio de oportunidad debido a que “muchas vacunas (actuales) son para situaciones de emergencia y nuestra vacuna y otras que se desarrollan en México son para condiciones regulares”.
Además, contó que después de varios meses de trabajo el proyecto cuenta ya con “una proteína que utiliza el virus para entrar a la célula que ya ha demostrado su capacidad inmunogénica”.
Por ahora, agregó, ya se ha completado la fase preclínica de toxicidad y ahora se está desarrollando la fase preclínica regulada.
Con el plan trazado, Sciutto espera que “en marzo se puedan completar los estudios” para comenzar con la fase clínica para la cual ya se han empezado a organizar con los diferentes institutos nacionales para poder desarrollar los estudios clínicos.
OTRA FORMA DE SOBERANÍA
A mediados de febrero, el presidente de México destacó el proceso de investigación de las vacunas “Soberana 01” y “Soberana 02” que desarrolla Cuba y señaló que en México también se desarrolla proyectos para generar una vacuna, que sugirió se llame “Patria”.
Para el experto en investigación biomédica básica por la UNAM, Juan Pedro Laclette, quien participa en el mismo proyecto, el hecho de que México tenga la capacidad de crear una vacuna anticovid propia representa una “verdadera soberanía”.
Desde su punto de vista, México “debe dirigir sus esfuerzos para lograr una capacidad de respuesta a emergencias epidemiológicas” futuras.
Y destacó que los estudios clínicos de fase 1 y 2 – con un costo estimado de 20 millones de pesos (cerca de 1 millón de dólares)- han sido posible de cubrir mediante alianzas con diversas instituciones de investigación, de salud y académicas.
OTRO FRENTE
En la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) también trabajan en el desarrollo de una vacuna anticovid.
El profesor investigador del Centro Multidisciplinario de Estudios de Biotecnología, Alejandro Bravo Patiño, uno de los encargados del proyecto, recordó que son necesarias “una serie de experimentaciones y de desarrollo que se deben cumplir”.
Explicó que la vacuna es de las llamadas tipo “mosaico”, las cuales se conforman por diferentes fragmentos de las distintas proteínas que forman al virus.
“Nosotros esperamos tener, a finales del año el prototipo con el escalamiento industrial para comenzar lo estudios de las fases 1, 2 y 3 exigidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)”, contó a Efe.
Reconoció que tanto su universidad, como la UNAM o la Universidad Autónoma de Querétaro “están haciendo un esfuerzo gigantesco” para obtener una vacuna nacional y aunque saldrá muchos meses después de las actuales “México no llega tarde al escenario de desarrollo de vacunas”.
“El virus llegó para quedarse y están surgiendo nuevas variantes que están poniendo desafíos interesantes a las vacunas que ya están probándose. Creo que llegamos en el momento justo para contribuir en paliar esta enfermedad que afecta a todo el mundo”, expuso.
Bravo Patiño coincidió con Sciutto en que tener una vacuna anticovid en México “es un asunto de seguridad nacional”.
Por su parte, especialistas de la Universidad Autónoma de Querétaro, que trabajaban en su vacuna desde mediados de 2020, declararon a medios la semana pasada que ya contaban con una vacuna segura que “puede funcionar en humanos”, aunque explicaron que les falta la fase clínica y la aprobación de la Cofepris.