El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, explicó que que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) coincide con una visión arcaica del gobierno que niega apoyos para crecer, genera incertidumbre, desconfianza y perjudica las expectativas, por lo que es probable que la falta de dinamismo se extienda hasta finales del año.
El CEESP indicó que el riesgo es limitar la creación de empleos y el bienestar de los hogares, y empeora con la inflación, que de perdurar puede desestabilizar las expectativas inflacionarias.
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En este sentido los cambios recientes en la estructura de tasas de interés sugieren que las expectativas de inflación han aumentado y se corre el riesgo de que se desestabilicen, o que se "desanclen" como a veces se le llama en la jerga de la política monetaria.
En este sentido explicó que el nivel y la estructura a plazos de las tasas de interés sugieren que las expectativas de inflación se han elevado y el deterioro de la economía desde 2018 y sin una política que aliente el crecimiento, contribuirá a una perspectiva de bajo crecimiento de la economía.
El organismo del CCE indicó que durante los primeros cinco trimestres de la nueva administración, antes de la crisis sanitaria, la economía cayó en mayor proporción (-1.8%) que en los cinco posteriores, ya con la pandemia (-1.2%).
El Ceesp advirtió que en un entorno como este es prácticamente un hecho que las expectativas de crecimiento se ajusten a la baja, tanto para el presente como para los próximos años.
Sin una política más activa para mitigar los efectos de la prolongada falta de dinamismo económico, es poco probable que las expectativas mejoren.