Con el objetivo de que la independencia, autonomía y eficacia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no se vean minadas, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó a la Organización de Estados Americanos (OEA) que encabeza Luis Almagro a tomar medidas inmediatas que pongan fin a la crisis tras declinar el renombramiento el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abr\u00e3o.
Explicó que el mandato del actual secretario ejecutivo de la CIDH, expiró oficialmente el 15 de agosto, después de que el secretario General de la OEA declinó renovarlo por cuatro años más, tal y como fue solicitado unánimemente por los siete Comisionados de la CIDH el pasado mes de enero.
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Por ello, Bachelet instó a Almagro y a la Comisión Interamericana, a actuar de acuerdo con sus declaraciones de que resolverían el diferendo a través del diálogo.
“La Comisión Interamericana es un órgano imparcial muy eficaz y de gran confianza, cuya labor es sumamente apreciada”.
“Ha proporcionado un recurso vital a las víctimas de violaciones de los derechos humanos en las Américas y ha desempeñado un papel importante en la promoción de los derechos de los grupos vulnerables”, afirmó.
Señaló que su robusto papel, así como el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, han hecho estos órganos impopulares para ciertos gobiernos en varios momentos de su historia. Esto es hasta cierto punto inevitable si se toman en serio su papel y permanecen verdaderamente independientes y autónomos, incluso de la propia OEA".
Recordó que en los últimos años, su propia Oficina ha estado gradualmente fortaleciendo su relación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y afirmó que la misma seguía contando con el pleno apoyo de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“Esta es una situación muy perjudicial que corre el riesgo de minar la independencia y la probada eficacia de la CIDH. También está causando daños a la reputación de la OEA, así que espero que el asunto se pueda resolverse pronto. Esto no debería tratarse de una cuestión de reputación personal, ni de lealtades políticas, ni de pérdida de prestigio", remarcó.