Ante la epidemia de obesidad entre menores edad en México, los Congresos de los estados de Oaxaca y Tabasco, aprobaron la prohibición de distribuir, donar, regalar, vender y suministrar bebidas azucaradas y alimentos envasados con alto contenido calórico a menores de 18 años. La iniciativa advierte a los padres y tutores que es su deber garantizar el derecho a la alimentación sana o incurrirán en delitos contra la salud.
Con esta acción, dichos estados se convierten en los primeros en América Latina en adoptar una medida prohibitiva para contrarrestar el consumo de estos productos y determina sanciones a quienes incumplan o infrinjan las prohibiciones entre las que se encuentran desde una amonestación con apercibimiento, multa, clausura temporal o definitiva y hasta el arresto por 36 horas.
Sin embargo, esta reforma presentada por la diputada oaxaqueña de Morena, Magaly López, deja vacíos y dudas.
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El texto de la reforma no descarta sanciones a los padres que incumplan.
Tampoco señala que, sólo se establece la prohibición de la venta de estos productos ultra calóricos, sin exentar a los dulces tradicionales o al chocolate oaxaqueño y de Tabasco, al tradicional pan de muerto emblema de Oaxaca y otros productos, lo que ha generado protestas de productores y comerciantes como la ANPEC, cuyo líder, Cuauhtémoc Rivera advirtió que "el fantasma del prohibicionismo comercial recorre a México, se desgarra las vestiduras generando mayor pérdida de empleos y más pobreza", sin embargo la medida se justifica bajo el argumento de que las empresas capitalistas privilegian las ganancias por sobre la salud de los menores.
Para la diputada local priista Yarith Tannos Cruz, esta iniciativa al momento de su aprobación no fue suficientemente socializada con los vendedores de dulces tradicionales, a pesar de que la impulsora de la Ley asegura que no aplicará en estos alimentos, esto no quedó claro en la iniciativa.
El aumento en el consumo de "comida chatarra" en México, es responsable de la muerte de 23 mexicanos en promedio cada hora debido a enfermedades relacionadas con su ingesta como diabetes, obesidad e hipertensión, de acuerdo a investigaciones de El Poder del Consumidor.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, la prevalencia nacional de desnutrición crónica en menores de 5 años es de 14.2% esto los hace más susceptibles a retardo en el crecimiento físico, en el desarrollo cognitivo, menor rendimiento escolar, mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria.
Organizaciones internacionales como la UNICEF o nacionales como la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM), han celebrado la prohibición de la venta de alimentos chatarra a menores en estas entidades, pero advierten que por sí sola, no abatirá las cifras mortales de la malnutrición, ya que tiene que ir acompañada por otras estrategias y principalmente por el acceso a alimentos saludables a costos accesibles, de acuerdo a Juan Martín Pérez, Director de REDIM.
Y es que en cualquier tienda de conveniencia, la mayoría de productos a la venta presentan altos contenidos calóricos y de grasas. Pastelillos, frituras, golosinas, pan dulce, refrescos, jugos con altas concentraciones de azúcares y un sin fin de la llamada comida chatarra inundan los anaqueles, mientras que apenas una pequeña vitrina exhibe un par de ensaladas que cuestan 54.50 pesos y dos sopas instantáneas pueden costar sólo 28.
Esta prohibición podría extenderse a la Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Hidalgo, Zacatecas, Tamaulipas, Colima, Jalisco, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Guerrero e incluso algunos legisladores ya lo consideran a nivel nacional.