Está presente en alimentos como las espinacas y en las acelgas pero también en el chocolate negro. "El magnesio es un mineral que resulta esencial para múltiples funciones vitales como la transcripción del ADN o la síntesis de proteínas y que participa en distintas rutas metabólicas para la obtención de energía.
Asimismo, es fundamental para el adecuado funcionamiento de los nervios y los músculos", explica Isabel Huguet, miembro del Grupo de Metabolismo Mineral y Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
La doctor explica que "alrededor del 60% del magnesio corporal se localiza en los huesos, donde también presenta un papel estructural".
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La especialista señala que, a partir de la adolescencia y en la vida adulta se recomienda que las mujeres consuman unos 320 mg de magnesio al día y los hombres 400. No obstante, las recomendaciones de ingesta durante la infancia son inferiores. Por el contrario, hay etapas de la vida en las que los requerimientos de magnesio aumentan.
"En condiciones de salud, se incrementa ligeramente la recomendación de ingesta en mujeres embarazadas, de modo que sería de entre 360 y 400 mg al día, así como en el caso de mujeres lactantes que estén amamantando a más de un niño", apunta. Además, la doctora Huguet subraya que hay situaciones como enfermedades digestivas, trastornos renales o endocrinos que pueden hacer variar las necesidades de magnesio, pero estos casos tendrían que ser valorados de manera individual por un facultativo.
LA IMPORTANCIA DE LA DIETA.
El magnesio que nuestro organismo necesita lo obtenemos a través de la dieta. En este sentido, la endocrinóloga detalla que entre los alimentos ricos en magnesio se incluyen los granos integrales, las semillas, los frutos secos, las legumbres, el chocolate negro y las verduras de hoja verde como la espinaca y la acelga.
"Otros productos como la leche tienen cantidades intermedias", indica. La doctora Huguet afirma que, para que la dieta aporte las cantidades necesarias de este mineral debe ser suficiente (pues en situaciones de desnutrición es frecuente la falta de magnesio) y equilibrada.
"La dieta mediterránea, que se caracteriza por una ingesta frecuente de cereales integrales, frutos secos y legumbres, es un ejemplo de dieta equilibrada con la que se consigue llegar a los requerimientos diarios no sólo de este mineral, sino de prácticamente todos los nutrientes necesarios", expone.Si no consumimos suficiente magnesio, a corto plazo, no se producirán síntomas evidentes.
"Cuando las personas sanas no ingieren suficiente magnesio, los riñones ayudan a retener magnesio limitando la cantidad que se elimina en la orina. Sin embargo, el consumo insuficiente de magnesio de forma prolongada puede causar deficiencia de este mineral", manifiesta Ana Zugasti, miembro del Área de Nutrición y vocal de Comunicación de la SEEN.
La especialista añade que, "además, algunas enfermedades y medicamentos interfieren con la capacidad del cuerpo para absorber magnesio o aumentan la cantidad de magnesio que excreta el cuerpo, lo que también puede causar deficiencia". Agrega que algunos síntomas de la deficiencia de magnesio son "pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fatiga y debilitamiento.
La insuficiencia extrema de magnesio puede causar entumecimiento, hormigueo, calambres musculares, convulsiones, cambios de personalidad y anomalías en el ritmo cardíaco".
SITUACIONES ESPECIALES.
Aunque, por lo general, una dieta sana y equilibrada aporta la cantidad de magnesio que el organismo necesita, algunas personas con determinadas patologías podrían necesitar tomar suplementos de magnesio. En estos casos, lo aconsejable consultar primero con un médico.
En este sentido, la doctora Zugasti comenta que es probable que algunos grupos de personas no consuman suficiente magnesio o tengan que valorar tomar suplementos en función del aporte que consigan con la dieta. Se trata de quienes tienen "enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celiaca; diabetes tipo 2; alcoholismo de largo plazo; o los adultos mayores", apunta.
No obstante, la endocrinóloga subraya que hay que tener en cuenta que los suplementos de magnesio pueden interferir en los tratamientos con determinados medicamentos como los bifosfonatos, los antibióticos, los diuréticos, los fármacos para aliviar el reflujo o los suplementos de zinc.
La Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos explica que los bifosfonatos, que son fármacos empleados para tratar la osteoporosis, no se absorben bien cuando se toman sin que pase suficiente tiempo (antes o después) de la ingesta de suplementos dietéticos o de fármacos con altas cantidades de magnesio.
De igual modo, indica que los antibióticos podrían no ser absorbidos si se toman sin que pase tiempo suficiente, tanto antes como después, de la ingestión de un suplemento dietético con magnesio.La Oficina de Suplementos Dietéticos aclara que los diuréticos pueden aumentar o reducir la pérdida de magnesio a través de la orina, dependiendo del tipo de diurético.
Esta entidad manifiesta que los medicamentos recetados para aliviar los síntomas del reflujo ácido o para tratar la úlcera péptica pueden causar niveles bajos de magnesio en la sangre si se toman durante un periodo prolongado. Asimismo, señala que dosis muy altas de suplementos de zinc pueden interferir con la capacidad del cuerpo de absorber y regular el magnesio.
Por último, es importante recalcar que, igual que ocurre con el déficit de magnesio, un exceso de este mineral "puede causar problemas graves e, incluso, afectar a la funcionalidad del corazón", advierte la doctora Isabel Huguet.
Sin embargo, la endocrinóloga afirma que estos casos "son raros y suelen tener una enfermedad de base que es la que produce el exceso de magnesio".