Se aproxima la temporada de otoño, cuando estamos expuestos a los fríos y las lluvias, con lo que proliferan las enfermedades respiratorias, y también pasamos más tiempo en espacios cerrados, en los que aumenta el riesgo de contagio. Dada la situación de pandemia, ante el primer estornudo, mucosidad, malestar o subida de la temperatura corporal, muchos nos preguntaremos: ¿habré contraído la gripe de toda la vida, o se trata de recién llegado coronavirus\u2026?
Quizá no sea ni una cosa ni la otra, y solo sea una molestia pasajera, pero la incertidumbre no deja de producir desasosiego. Por eso resulta útil conocer las similitudes y diferencias entre la gripe, causada por los virus de influenza A y B, y la COVID-19, ocasionada\u200b por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, según las pautas recogidas y actualizadas por el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) estadounidense.
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La gripe y la COVID-19 comparten muchas características y puede ser difícil distinguirlas basándose solo en los síntomas, algunos similares, por lo que puede hacer falta una prueba de detección para confirmar el diagnóstico, pero hay ciertas diferencias clave entre estas enfermedades respiratorias contagiosas, según este organismo gubernamental.
1.- SIGNOS Y SÍNTOMAS.
Los síntomas más comunes tanto de la COVID-19 como la gripe incluyen: fiebre, en mayor o menor medida, escalofríos, tos, sentir que falta el aire, fatiga, dolor de garganta, mucosidad nasal o nariz tapada, dolor muscular, molestias corporales, dolor de cabeza, vómitos y diarrea (esto último es más frecuente en los niños).
Uno los signos o síntomas de la COVID-19, que difiere de los de la gripe, son los cambios o pérdida del olfato o el gusto, según el CDC, quien recomienda acudir a las urgencias hospitalarias si se presentan estos \u2018signos de advertencia\u2019 de COVID-19: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho, confusión, incapacidad de despertar o permanecer despierto, o coloración azulada en labios o rostro.
2.- APARICIÓN DE SINTOMATOLOGÍA.
Tanto en la COVID-19 como en la gripe, pueden pasar un día o más desde que la persona se ha infectado hasta el momento en que comienza a manifestar síntomas, con la diferencia de que los afectados por coronavirus pueden tardar más en presentar sintomatología en un rango de tiempo variable, según el CDC.
En general las personas presentan síntomas entre 1 y 4 días tras haber contraído la infección gripal, mientras que los enfermos por coronavirus presentan síntomas 5 días después de haber sido infectados, aunque los síntomas también pueden aparecer entre los 2 y los 14 días tras la infección, según esta entidad.
3.- LAPSO DE CONTAGIOSIDAD.
En ambas dolencias las personas pueden propagar el virus durante al menos 1 día antes de tener síntomas, pero una persona con COVID-19 podría ser contagiosa durante más tiempo que si tuviera gripe, lo cual aún se está investigando, de acuerdo al CDC.
Según este organismo, es posible que las personas puedan propagar el virus SARS-CoV-2 unos 2 días antes de manifestar signos o síntomas, y permanecer contagiosas durante al menos 10 días tras la primera aparición de los signos o síntomas.Una persona asintomática o cuyos síntomas desaparecieron, puede seguir contagiando al menos 10 días después de un resultado positivo en la prueba de detección de la COVID-19, informa el CDC.
FORMA DE PROPAGACIÓN.
La COVID-19 y la gripe pueden propagarse de persona a persona entre quienes están en contacto cercano, a través de las gotitas que van por el aire cuando el enfermo tose, estornuda o habla, y es posible que una persona se infecte a través del contacto físico (al estrechar manos) o al tocar una superficie u objeto con el virus y luego tocarse la boca, la nariz o posiblemente los ojos.
En cuanto a las diferencias, el CDC apunta que la COVID-19 es más contagiosa que la gripe en ciertas poblaciones y grupos de edad, y se ha observado que el coronavirus puede propagarse rápida y fácilmente a muchísimas personas y provocar una propagación continua interpersonal a medida que pasa el tiempo.
GRUPOS DE RIESGO.
Tanto la COVID-19 como la gripe pueden provocar dolencias graves y complicaciones, siendo las personas mayores las que poseen un mayor nivel de riesgo, y especialmente aquellas que tienen afecciones de salud subyacentes, además de las mujeres embarazadas, según el CDC.
Este organismo añade que los bebés y niños con afecciones subyacentes tienen un mayor riesgo de contraer, tanto una, como otra enfermedad.Respecto de las diferencias, esta fuente informa que los niños pequeños corren un mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de la gripe, mientras que los niños en edad escolar con COVID-19 tienen un mayor riesgo de padecer el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una complicación rara, pero grave, en la que diferentes partes del cuerpo pueden inflamarse.
POSIBLES COMPLICACIONES.
La COVID-19 y la gripe pueden provocar neumonía, insuficiencia respiratoria, líquido en los pulmones, sepsis, lesión cardiaca, insuficiencia multiorgánica (respiratoria y renal), agravamiento de afecciones crónicas (que involucran a los pulmones, el corazón, el sistema nervioso o la diabetes), inflamación del corazón, cerebro y tejidos musculares, e infecciones bacterianas secundarias, según el CDC.
Aunque algunas personas con gripe desarrollan complicaciones, la mayoría se recupera en pocos días o menos de dos semanas, en tanto que quienes contraen la COVID-19 pueden incluir otras complicaciones asociadas, como coágulos de sangre en las venas y arterias de los pulmones, corazón, piernas o cerebro y el MIS-C, concluyen.