El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), determinó que la austeridad del actual gobierno y la urgencia por la entrega de apoyos de los programas sociales, hizo que se ignorara la supervisión de los mismos y el seguimiento a los beneficiarios y en muchos casos afectó la calidad o cantidad de bienes o servicios otorgados.
A través de la Evaluación de Diseño con Trabajo de Campo 2019-2020, el CONEVAL se analizaron 17 programas prioritarios entre los que se incluyen Apoyo para el Bienestar de Niños y Niñas, hijos de madres trabajadoras; Sembrando Vida; Jóvenes Construyendo el Futuro y algunos que apoyan la producción en el campo, además de las becas para estudiantes de diferentes niveles escolares en los ejercicios del 2019 y primer semestre del 2020.
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Entre los hallazgos generales destaca que el diseño de los programas fue definiéndose a la par de su implementación y el inicio de operaciones de realizó con poca infraestructura física o recursos humanos insuficientes "en un contexto de austeridad y con recortes a los recursos en diferentes momentos durante el año de análisis".
"Esta austeridad supuso también la necesidad de priorizar procesos de la implementación, como por ejemplo la entrega de apoyos, buscando llegar a la mayor cantidad de población con el menor costo posible; lo anterior generó que otros procesos fueran dejados de manera secundaria, como los relativos a la supervisión y el seguimiento a beneficiarios", señala la evaluación.
Advierte que éstos recortes presupuestales también pudieron afectar en algunos casos, la calidad o cantidad de los bienes y servicios otorgados; durante el primer año algunos programas modificaron las reglas de operación o lineamientos ya que algunos tuvieron un diseño preliminar, sin embargo este proceso pudo propiciar falta de certeza sobre el programa tanto en los operadores como en beneficiarios.
El CONEVAL subraya además que se utilizó solo el padrón de beneficiarios de Bienestar que posteriormente tuvo que adaptarse; la entrega de programas priorizó a quienes viven en zonas de alta o muy alta marginación, violencia y población indígena pero señala que la priorización podría definirse a partir del indicador de pobreza para llegar a quienes tienen mayores carencias.