José Luis Alfredo Álvarez Cuevas, director de Planeación Estratégica de la Cooperativa de la Cruz Azul, solicitó a la Fiscalía General de la República (FGR) aplicar en su favor el criterio de oportunidad, toda vez que cuenta con información eficaz y esencial para facilitar las investigaciones, que por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, se iniciaron en contra del presidente de la cooperativa, Guillermo Álvarez Cuevas.
Indicó que de acuerdo con el Código Nacional de Procedimiento Penales, el criterio de oportunidad no significa el reconocimiento en la participación de los hechos en agravio del patrimonio de la cooperativa la Cruz Azul, "sino la posibilidad de aportar a la autoridad información esencial y eficaz en la investigación de delitos graves".
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Asimismo, detalló que en ningún momento tuvo participación en los hechos denunciados, pues nunca dispuso o administró indebidamente el patrimonio o bien de la empresa y sus filiales, entre ellas el equipo de futbol Cruz Azul.
En este contexto, el ex tesorero de Cruz Azul compareció ante el agente del Ministerio Público de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Financieros, a quien también solicitó la aprobación y aplicación de un criterio de oportunidad para otorgar "información esencial".
Indicó que desde 2013, un juez civil emitió una sentencia por la que Billy Álvarez fue removido como director general, pero a pesar de ello, continuaba manteniendo prácticamente toda la administración de la empresa junto con su hermano José Alfredo Álvarez Cuevas, y de Víctor Manuel Garcés Rojo.
Agregó que de 2014 a 2016, se percató que existían diversas autorizaciones de pago por cantidades sumamente elevadas, relacionadas con supuestos servicios no prestados, las cuales habían sido directamente autorizadas por Guillermo Álvarez, quien desde el 2014 instruyó el pago por parte de la cooperativa a empresas de las denominadas fantasmas o fachadas respecto de supuestos servicios no prestados, es decir, no existió el servicio y sí se facturó y se cobró, generándose gastos inexistentes en perjuicio de la cooperativa y sus socios.
Mencionó que la factura que entregaban solo era para simular que se había prestado el servicio.