La Cámara de Diputados volvió a registrar en 2018, irregularidades, inconsistencias y falta de comprobación de gastos, así como pago de sobreprecios por algunos insumos, detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Al igual que en años anteriores, hubo anomalías San Lázaro por las erogaciones en Servicios Personales, que incluyen la compra de alimentos; así como en las asignaciones a las fracciones parlamentarias.
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De acuerdo a la revisión de la Cuenta Pública 2018 hecha por el órgano fiscalizador al periodo septiembre-diciembre de ese año, en algunos casos faltaron documentos para comprobar la compra de agua embotellada, café, azúcar, galletas y otros alimentos. En esos rubros el gasto fue de cuatro millones de pesos.
Aunque la norma en el recinto establece que se deben realizar investigaciones de precios para hacer un gasto eficiente, en distintos casos ese elemento no se atendió.
Tampoco hubo garantías en el cumplimiento de los contratos ni registros de recepción de esos productos en almacenes.
En el caso de los recursos entregados a las bancadas para su operación en los primeros meses de la LXIV Legislatura, se hicieron distintos gastos que no se pudieron comprobar y tampoco se pudo verificar que el dinero asignado se haya usado en cuestiones legislativas.
De igual modo, la Auditoría encontró que en el registro de "Gastos de Atención Ciudadana", se incluyeron elementos ajenos a la labor parlamentaria, como despensas, colchones, cemento, almohadas, botanas, pintura, medicamentos y hasta pasteles.
Como ejemplo del tipo de compras que hizo la Cámara en los últimos meses de 2018, la ASF documentó que en la compra de "sustituto de crema en polvo", en presentación de caja con mil sobres de cuatro gramos, marca "Lautrec", la Cámara optó por el proveedor que cobró cinco veces más, con el argumento de que el contratista que ofrecía menor precio, no cumplía con todos los requisitos.
Otro caso. En la compra de café, se dio por válido un contrato con número distinto a la licitación correspondiente, aunado a que no se comprobó que el pago de 250 mil pesos a la empresa "Café 1810, S.A de C.V", se haya realizado.
Por dichas anomalías, se inició una Promoción de Responsabilidades Administrativas Sancionatorias, contra los funcionarios que no resguardaron debidamente los documentos comprobatorios del gasto y contra quienes autorizaron pagar sobreprecios.
En cuanto al dinero entregado a las bancadas, más de 575 millones de pesos de septiembre a diciembre de 2018, no se entregaron todos los documentos que ampararan el uso de esos recursos.
El dinero se distribuyó en Gastos de atención ciudadana, Informe de actividades legislativas, Apoyo para transporte, Subvenciones de apoyo logístico, Subvenciones fijas, Subvenciones variables, Subvenciones para honorarios en grupos parlamentarios, Apoyo al personal de grupos parlamentarios y Apoyo de asistencia legislativa.
Sin embargo, no se aportó toda la documentación para comprobar el uso de dichas partidas, por lo que no se pudo evaluar la "razonabilidad" del gasto y tampoco si el dinero se usó en la realización de trabajos legislativos.
Ello demuestra que la Cámara mantiene una limitada rendición de cuentas en las partidas asignadas a actividades legislativas, refirió el órgano fiscalizador.
Recordó que ya se había recomendado a los grupos parlamentarios implementar sistemas de contabilidad y control financiero con una clasificación de gastos clara y mecanismos internos de comprobación, para garantizar el uso transparente del erario, sugerencia que no se atendió.
Pese a las políticas de austeridad de la nueva administración, a los diputados se les siguió pagando por conceptos que ellos mismos catalogaron como privilegios.
Por un lado, enarbolaron el discurso de la austeridad, y por otro, cada legislador recibió 38.4 mil pesos por "Apoyo de Fin de Año", el cual se integró en la subpartida de "Gastos de Atención Ciudadana". En ello, la Cámara empleó 12 millones 639 mil pesos.
Otra irregularidad en los "Gastos de Atención Ciudadana", fue detectada en el uso de 10 millones 300 mil pesos.
La Auditoría revisó 272 facturas por un monto de 962 mil pesos, casi un millón, utilizados en la compra de despensas, cemento, colchones, almohadas, botanas, pintura, medicinas y pasteles.
Encontró nueve facturas por 58 mil pesos, correspondientes al pago de servicios de cafetería, medicamentos, consultorías y papelerías.
La Cámara también emitió lineamientos para ordenar sus gastos, pero incluyó rubros sin relación alguna con el trabajo parlamentario.
En la norma interna, autorizaron gastar en tratamientos y estudios médicos e intervenciones quirúrgicas de carácter individual; bienes semovientes que permita el desarrollo productivo del solicitante, es decir, distintos tipos de ganado; servicios funerarios y gastos relacionados "para la ciudadanía", cuyo objetivo específico no se aclaró.