La Cámara de Diputados ha gastado, desde el inicio de la pandemia y hasta el pasado 8 de diciembre, un total de 21.3 millones de pesos en la aplicación de 21 mil 970 pruebas de detección de coronavirus.
Al dar a conocer la información, la presidenta de la Mesa Directiva, Dulce Sauri, señaló que esos reactivos se seguirán aplicando a personal administrativo del recinto que debe realizar labores para cerrar el año.
En conferencia de prensa virtual, Sauri Riancho, aclaró que de ninguna manera, los integrantes de la Legislatura tendrán preferencia en la aplicación de las vacunas contra COVID-19.
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Si a algún congresista le corresponde ser de los primeros en ser vacunados, sólo será porque pertenezca a los grupos poblacionales que ha determinado la autoridad sanitaria.
Sin privilegio alguno, los diputados federales se vacunarán conforme al esquema, fechas y plazos establecidos por el Consejo de Salubridad General, remarcó.
"Pero en términos de la vacunación yo no estaría en absoluto de acuerdo en que diputadas y diputados tengan un trato de privilegio. Que vayan los que tienen alguna situación de vulnerabilidad, las personas adultas mayores, de acuerdo al esquema y a los tiempos y al grupo de edad que se defina por parte del Consejo General de Salubridad, eso me parece muy bien, pero hasta allá. Por lo demás, nuestra obligación es seguirnos cuidando", subrayó.
Confirmó que las pruebas también serán puestas a disposición y pagadas por la Cámara, para los asistentes a las sesiones de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, las cuales se retomarán el próximo 7 de enero de 2021, en modalidad semipresencial.
El servicio también estará disponible para diputados y diputadas, personal del recinto, equipos de las fracciones parlamentarias, prensa y todos los acreditados al eventual periodo extraordinario de sesiones del 15 de enero de 2021, que la Junta de Coordinación Política acordó solicitar.
Recordó que de acuerdo a las autoridades sanitarias del país, la actividad legislativa es prioritaria, y si bien se enfrentan retos como la realización de sesiones y reuniones semipresenciales, así como votaciones telemáticas o por internet, el trabajo parlamentario ha seguido su marcha.