La reforma a la Ley del Banco de México, aprobada por el Senado de la República, que obligaría a esa institución a comprarle a bancos la moneda extranjera captada en operaciones diarias y que éstos no puedan repatriar a través de los mecanismos formales previstos, implica riesgos que le generarían no sólo pérdida de autonomía, sino posible involucramiento en el delito de lavado de dinero, alertó el gobernador del Banco Central, Alejandro Díaz de León.
Lo anterior, al reunirse por la vía virtual, con integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
*Información relacionada: Diputados analizarán con Banxico reforma aprobada por el Senado
"El Banco de México corre el riesgo de que ninguna contraparte quiera aceptar los billetes y monedas que este adquiera de dichas instituciones. De acuerdo con lo anterior, la adquisición de billetes y monedas extranjeros, harían que el Banco de México pase de ser una entidad pública que, por sus operaciones actualmente no representa y no tiene riesgo de lavado de dinero, a que sea clasificada de alto riesgo. Es claro que a pesar de que el sistema financiero cuente con las medidas aplicables para evitar la inclusión de recursos de procedencia ilícita, dichas medidas mitigan el riesgo, no lo eliminan", puntualizó.
"Es la violación de la autonomía constitucional del Banco de México conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el artículo 28 párrafo sexto, el Banco de México es autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. La garantía de autonomía que la Constitución General le confiere al Banco de México, implica que ninguna otra autoridad puede invadir las funciones que le corresponde a este", expresó.
"Una norma emanada del Congreso de la Unión, que le imponga al Banco Central, la realización obligada de operaciones específicas, en este caso la compra de activos improductivos y de alto riesgo, sin su intervención y autorización en la toma de dicha decisión, limitaría su autonomía en sus funciones", abundó.
Al atender dudas y planteamientos de los integrantes de la Comisión de Hacienda, el gobernador Díaz de León refrendó que la reforma señalada tendía un fuerte impacto negativo en el Banco Central y el sistema financiero mexicano.
Ente los múltiples efectos secundarios negativos de la reforma avalada por los senadores, apuntó que arriesgaría acuerdos internacionales, como la línea de intercambio de divisas establecida con la Reserva Federal de los Estados Unidos, que ha permitido hacer frente a las complicaciones financieras generadas por la pandemia de coronavirus.
Explicó que en materia de entrada de moneda extranjera al país, a través de las remesas de connacionales que viven primordialmente en Estados Unidos, el 99 por ciento de esos recursos llegan por transferencia electrónica y el 1 por ciento en efectivo.
Expresó que de enero a septiembre del 2020, las remesas en efectivo enviadas a México reportaron un monto de 200 millones de dólares, y en trasferencia, se manejaron 29 mil 964 millones de dólares.
En ese mismo plazo, los bancos captaron 4 mil 732 millones de dólares en efectivo, y colocaron en operaciones con el público en el país, 744 millones, por lo que el monto de las exportaciones de esas monedas fue de 3 mil 887 millones de dólares, a través de servicios de "banca de corresponsalía", contratados con la banca extranjera.
El monto que los bancos no pudieron exportar ni colocar entre sus clientes en ese mismo periodo, fue de 102 millones de dólares.
Agregó que el número de operaciones en efectivo con moneda extranjera, fue de 34.3 millones, con un promedio de 130 dólares por cada una.
Puntualizó que entre enero y septiembre de 2020, sólo una institución bancaria acumuló excedentes en moneda extranjera, de modo que la problemática no es generalizada.
Y un problema particular, dijo, no se puede resolver con disposiciones generales que invaden la autonomía del Banco Central, y pondrían en riesgo sus labores de mantener en equilibrio la moneda nacional, entre otras.
Al comparar el sistema financiero nacional con un ecosistema y con una pecera, y la reforma del Senado como una medicina, señaló que si "un pez" tiene un problema, es inadecuado aplicar un "remedio" que pudiese dañar todo el ecosistema, es decir a toda "la pecera".
La institución financiera o instituciones financieras que presenten el problema de incapacidad para repatriar la moneda extranjera que han recibido, deben hacerse responsables por ello, sin que el Banco Central se vea obligado, por ley, a comprar lo que los bancos no pueden distribuir, insistió.
Aclaró que si la reforma se aprueba en San Lázaro y entra en vigor, el Banxico se vería obligado a tener billetes y monedas "inútiles" que no podría mover en otro tipo de operaciones financieras, aunado al riesgo que implicaría sumarlos a la reserva internacional.
Ello, por el alto riesgo de que provengan de actividades ilícitas como el lavado de dinero, remarcó. "Serían activos ilíquidos y ociosos, no podrían ser utilizados como parte de las reservas internacionales", expresó.
Lo anterior, afectaría el cumplimiento de normas internacionales, generaría un incentivo equivocado a los bancos, que relajarían sus controles en la recepción de moneda extranjera, trasladando al Banco de México la responsabilidad de tener esos billetes y monedas, apuntó.
Dicha situación, generaría alertas de alto riesgo para México y su sistema financiero, ante la comunidad internacional, que podría restringir sus operaciones por ser riesgosas y por involucrar peligro de lavado de dinero, alertó Díaz de León.
Incluso, las repercusiones de la norma podrían llegar hasta el bloqueo del acceso de la moneda proveniente del sistema financiero mexicano, a instituciones financieras de otras naciones.
Como alternativa a la aprobación de la reforma, planteó, el Banco de México propone tres opciones a los congresistas: establecer en la ley, el uso de herramientas elaboradas por la institución, como bases de datos e información para ayudar a la banca privada con el manejo de moneda extranjera en efectivo, y la identificación de riesgos por lavado de dinero.
La segunda alternativa, dijo, es crear un consejo de coordinación en el que participe la Secretaría de Hacienda (SHCP) y otras autoridades, para reforzar la seguridad en operaciones con moneda extranjera en efectivo, y procurar su adecuado flujo.
En tercer lugar, habló de establecer en la Ley de Banxico, que se puedan realizar operaciones con la banca múltiple, para movilizar la moneda señalada y evitar que la institución central asuma los riesgos que la banca comercial debe atender.
El gobernador Díaz de León expresó que cada banco debe hacerse responsable por sus propias operaciones y servicios de "corresponsalías" con otros bancos internacionales, conforme a su capacidad y sin rebasar sus límites.
Fue claro al indicar que la reforma aprobada en el Senado arriesga al Banco, es una alternativa "poco afortunada", se aleja de las mejores prácticas internacionales, genera riesgos innecesarios.
Pidió a los legisladores reflexionar respecto a lo inconveniente que resultará obligar a Banxico a hacerse cargo del "riesgo residual" generado por terceros, lo que no solo trastocaría sus operaciones, sino las de toda la banca.
"Hay que tener cuidado con remedios que pueden tener consecuencias más graves", como poner en situación de riesgo la zona "más delicada" del Banco, como las reservas internacionales, que se calculan en 194 mil millones de dólares, actualmente.
Apuntó que en 2019, los bancos privados no pudieron mover un total de 5 mil 771 millones de dólares en moneda extranjera en efectivo; y si bien la suma ha bajado, ya que hace más de 10 años alcanzó los 10 mil y hasta los 14 mil millones de dólares, el resultado de la reforma podría disparar de nueva cuenta la problemática.