El ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, aseguró que México vive un grave problema de violencia y de inseguridad por lo que "el primer paso es tomarlo en serio y no reírse como lo hace el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando habla de las 45 masacres que han ocurrido durante este año".
Destacó en este sentido que el país cada dos segundos se comente un robo, de ahí la importancia de tener una estrategia clara.
Información relacionada: Acusa Anaya a AMLO de llevar a México por el camino incorrecto
En un video mensaje difundido en sus redes sociales, explicó que el problema de fondo con el actual gobierno federal es "una combinación de falta de estrategia y de insistencia terca en la militarización, que claramente no ha funcionado, y segundo, que se gobierna a base de ocurrencias como los abrazos y no balazos".
"Hay quienes piensan que la inseguridad ya llegó a tal nivel, que no tiene remedio. Estoy en absoluto desacuerdo. Una estrategia inteligente, no esta bola de ocurrencias, y mucha, mucha perseverancia, disciplina, orden en la ejecución, claro que puede llevarnos a recuperar la paz y la tranquilidad.
Indicó que algunos especialistas llaman a lo que ocurre en México "un equilibrio de bajo nivel que es un círculo vicioso del que es difícil escapar", porque se cometen delitos que generan violencia, no se tienen acciones de protección a la población y el gobierno está rebasado por el problema o coludido con los criminales", de ahí que por cada cien delincuentes solo a uno se castiga.
La violencia no empezó hace 2 años, pero sí está cada vez peor, debido a la falta de estrategia y a las OCURRENCIAS de AMLO para enfrentar al crimen, como saludar a la mamá de El Chapo o liberar a Ovidio.Propongo una ruta para la paz. #ProponerMásQueOponer https://t.co/JhArOQIK7k
— RicardoAnayaC (@RicardoAnayaC) October 12, 2020
El panista presentó en el capítulo cinco de su libro "El presente, pasado y futuro de México", cuatro posibles soluciones: la primera prevenir los delitos y violencia con acciones locales; terminar con la impunidad con policías profesionales, bien pagadas, equipadas, organizadas y supervisadas, ministerios públicos que funcionen con capacidad de investigar los delitos, especialmente los del crimen organizado.
También consolidar y profundizar la reforma al sistema de justicia, y hacer de la readaptación social; e invertir recursos suficientes, pero con honestidad y rendición de cuentas.