Un grupo interdisciplinario de investigadores del Colegio de Postgraduados (Colpos) generó un insecticida alternativo, ecológico e inocuo, que favorece a las familias rurales que subsisten con la producción de granos el almacenamiento y conservación del maíz, el cual elimina con eficacia el gorgojo.
Los especialistas del Colpos importaron de Nicaragua la semilla de la planta nim o neem (originaria de la India y que es utilizada en la medicina tradicional para el control de diversas enfermedades), que también se le conoce como la farmacia del pueblo, y que es producto base para la elaboración del insecticida.
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La Secretaría de Agricultura (Sader) informó que en los campus del Colpos Córdoba y Veracruz, zona que cuenta con las condiciones climáticas que requiere la planta para poder desarrollarse, los especialistas \u2013coordinados por el investigador Ángel Lagunes Tejeda— realizaron estudios de adaptación del cultivo y generaron paquetes tecnológicos.
Con base en esta planta, el grupo de investigadores encontró la proporción de polvo de nim, de polvo abrasivo y de polvo higroscópico y cal para disminuir significativamente los daños producidos por el gorgojo en maíz almacenado, lo que les permitió patentar el insecticida ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Estimaciones de los especialistas refieren que en el país más de dos millones de agricultores de maíz, principalmente del sur sureste, producen en suelos malos y pobres y cosechan menos de una tonelada por hectárea, además de que este grano, producido en la agricultura de subsistencia, es el que les alimentará durante los meses siguientes.
Normalmente las familias guardan en promedio 150 kilogramos, que se les infecta de gorgojo a partir del cuarto mes de cosechado, por lo que deben comprar más maíz a un mayor costo y sin la garantía de que no se les agorgoje.
La aplicación de insecticidas químicos es inoperante por costosa y por los riesgos de salud que conlleva, detallaron los especialistas.
De esta manera, el insecticida ecológico o Granim, como se conoce comercialmente, sirve para proteger la semilla que es producida una sola vez al año por el campesino.
Para su empleo, sólo debe agregarse al maíz desgranado y seco un kilogramo de Granim por cada 100 kilogramos, posteriormente se encostala y se puede disponer para consumo inmediato, ya que solo basta con lavar el polvo con agua.
Esto se debe, acotaron, a que el Granim no se adhiere al maíz, lo que representa una ventaja importante contra los insecticidas convencionales, que hacen imposible que el grano se consuma de manera inmediata por la permanencia de residuos a pesar del lavado.