Los recursos obtenidos por el programa de Chatarrización de vehículos abandonados en vía pública, son utilizados para la adquisición de nuevas grúas para el retiro y arrastre de automotores en la Ciudad de México, informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Dicho programa inició el 17 de enero pasado y tiene la finalidad de responder a una de las principales demandas de la ciudadanía respecto al retiro de diversas unidades de las calles, toda vez que representan un foco de insalubridad e inseguridad.
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El segundo inspector Luis Edgar Rosales, director de Control de Estacionamiento en la Vía Pública de la SSC, destacó que el programa de Chatarrización se enfoca directamente a atener las denuncias ciudadanas para quitar vehículos con vidrios rotos, basura o fauna nociva y que en algunos casos se utilizan para consumir drogas.
En el Corralón Fuente de Loreto ubicado en la colonia Santa María Aztahuacán, alcaldía Iztapalapa, el mando policial señaló que para este programa se cuenta con apoyo de 10 grúas, encargadas del traslado de los autos a los 30 depósitos vehiculares de la SSC.
"Hay vehículos que los mismos vecinos reportan que se concentra gente a drogarse hacer otro tipo de situaciones ilícitas, incluso puede haber hasta violaciones.
"De igual forma puede generar un foco de infección por la generación de basura; estamos trabajando con las alcaldías dos días por cada alcaldía con 10 grúas concesionadas", puntualizó.
Esta acción se basa en la regulación de carácter cívico como el control de tránsito e inicialmente tiene un proceso en el que se debe notificar al propietario del auto, por parte de la alcaldía.
"El proceso empieza desde la alcaldía que son los que realizan el recorrido, notifican al propietario del vehículo, o en este caso le dejan la notificación el apercibimiento pegado en el vehículo y si después de determinado tiempo no lo retiran, es cuando entramos nosotros en calidad de vida o programa de chatarrización", explicó.
Luis Edgar Rosales señaló que el automóvil se lleva a un corralón, donde permanecerá los siguientes 30 días, y si en ese periodo acredita su legal propiedad podrá reclamarlo y de no ser el caso, se procede a su chatarrización.
Una vez que los vehículos son comprimidos, previamente se les retira el acumulador y catalizador, los cuales son vendidos en bloques de acero a una fábrica metalúrgica que se encuentra en el Estado de México.