Nación criminal
Por Óscar Balderas, colaborador de MVS Noticias
Lo primero que me dice el policía militar que me ha invitado a este grupo clandestino de Whatspp es que me he sacado la lotería. Estar en un chat como éste, asegura, vale su peso en oro. O, mejor dicho, en plomo. Porque entrar aquí es como si alguien te abriera una puerta secreta que conduce a un mercado negro de armas en México y que tus compras se hagan con toda discreción, lejos de la supervisión del gobierno. El portero digital de este tianguis de pistolas y rifles de asalto lo dice orgulloso, porque le gusta saber que ha creado una comunidad de la que muchos quieren formar parte y porque cree que yo estoy interesado en un Cuerno de Chivo y él se llevará una comisión por mi compra.
Lo conocí como "El Ranger" y es un cadenero celoso del grupo de Whatsapp llamado "Asociación Civil". El chat era originalmente un punto de encuentro para discutir sobre armas legalmente compradas a la Secretaría de la Defensa Nacional, pero pronto se volvió un mal necesario, según su creador: muchos integrantes reprobaban sus exámenes de control de confianza al tener tratos, forzados y no, con el crimen organizado. O eran despedidos. La mayoría tuvo que emplearse como chofer-escolta, guardaespaldas o miembros de seguridad privada.
Información relacionada: Compra de armas por WhatsApp
El problema es que les pedían como requisito de contratación tener un arma propia y hacerlo por la vía legal parecía demasiado tardado. Así que recurrieron al grupo para buscar a policías militares que tuvieran armas escondidas en sus armarios, es decir, pistolas y escopetas "perdidas" dentro de las Fuerzas Federales o que eran decomisadas a los criminales y en vez de entregarlas a las autoridades, terminaban en los domicilios de militares corruptos.
Así fue como el grupo de Whatsapp se torció. Su acceso se volvió más controlado y sus miembros comenzaron a escribir desde teléfonos desechables con perfiles falsos. Pronto, las puertas solo se abrieron para policías militares, federales, ministeriales, marinos y escoltas con pasado castrense. No hay cabida para policías municipales, preventivos ni miembros de seguridad privada a los que les pagan 7 mil pesos al mes. Así "El Ranger" garantiza que quienes están interesados en un arma tengan la cartera necesaria para pagarla.
Lo que él no puede garantizar es que alguna de esas armas revendidas, sin registro y sin pasado, no termine en manos de un asaltante o un sicario.
El grupo opera sin descanso. Desde las 7 de la mañana y hasta medianoche. hay mensajes como el del usuario El Soldado Gafe, quien oferta un revólver Smith calibre 38 especial en 13 mil pesos\u2026 y además quiere que le paguen el Uber. Describe el arma como "calidad de nuevo, sin registro en la Sedena, pequeño y liviano para traerlo en la chamarra y que nadie lo identifique".
Es el mismo usuario que revende una pistola pequeña, discreta, con un caballo y una herradura grabada en oro en la cacha, como la usaban Los Zetas; una Mauser calibre 32 "rasurada" que reseña como "solo para conocedores"; el mismo que ofrece en 6 mil mil pesos una 9 milímetros, el arma conocida como "la matachilangos" por ser la opción preferida por el 60% de los homicidas en la Ciudad de México.
También hay usuarios como el Comandante Juárez que así es como busca armarse para fines que sólo él conoce:
Este mercado negro no sólo ofrece armas cortas. El usuario Alejandro R. es el hombre que buscan los que quieren un rifle militar AK-47, el preferido de narcotraficantes y terroristas alrededor del mundo, la misma arma que un supremacista blanco usó el sábado pasado para asesinar a 22 personas, entre ellas 8 mexicanos, en El Paso, Texas.
Para ofrecerla, Alejandro R. publica una imagen perturbadora en el chat de Whatsapp: el cuerno de chivo en el piso y al costado la chamarra rosa de alguna niña. De inmediato, decenas empiezan la subasta y 30 minutos después el vendedor da por terminada la puja: ya hay comprador, señoras y señores.
Por la rápidez y devoción con la que se revenden las armas en este grupo cualquiera pensaría que se trata de un gunshow en Estados Unidos. No lo es. Este es el país en el que nos hemos convertido: la guerra contra las drogas y la violencia ha provocado que México sea el séptimo país del mundo con más civiles armados, según la organización Small Arms Survey: hay unas 16.8 millones de armas legales e ilegales en nuestro territorio, es decir, una por cada 8 mexicanos.
Nunca habíamos estado tan armados y hasta los dientes: México tiene, en números totales, el doble de armas legales e ilegales en manos de civiles, por ejemplo, que Iraq y cuatro veces más que Afganistán.
El chat de "El Ranger" confirma la nueva fascinación nacional por las armas, esa que criticamos tanto en los estadounidenses: ahora se vende una Walther calibre 22, horas más tarde un rifle AR-15 y después municiones de uso exclusivo del Ejército. Todo se va como pan caliente.
Ahora mismo, ese mercado negro de armas tiene abiertas sus puertas digitales y adentro hay cientos de desconocidos comprando y revendiendo. Y en un país tan polarizado como México, basta uno de esos compradores, solo uno, para que una tragedia como la de El Paso, Texas, ahora ocurra de este lado de la frontera.