Varios activistas de Estados Unidos consideraron que el pacto migratorio alcanzado el pasado viernes entre la Administración del presidente Donald Trump y el Gobierno de México “conducirá a más muertes” de migrantes que pretenden llegar a suelo estadounidense.
EEUU y México alcanzaron un acuerdo con el que Washington devolverá a su vecino a todos los inmigrantes solicitantes de asilo que crucen la frontera común de forma irregular, a cambio de suspender la amenaza de aranceles a los productos mexicanos que tenían que entrar en vigor hoy.
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“Este pacto conducirá a más muertes: morirán más personas en las ciudades fronterizas y llevará a otras a manos de traficantes y coyotes”, dijo la directora de derechos de los migrantes de la Comisión de Mujeres Refugiadas, Michelle Brané.
“No solo en nuestra frontera común, sino también en el linde entre México y Guatemala”, agregó en una conferencia telefónica con periodistas.
Brané y otros activistas, como Kerri Talbot, del grupo Centro de Inmigración (IH, en sus siglas en inglés) y el director ejecutivo de America’s Voice, Frank Sharry, señalaron que México “no es un tercer país seguro” para los miles de migrantes que tratan de arribar a EEUU.
“México no es un tercer país seguro en muchas zonas; no es un lugar seguro para que las familias esperen hasta que sus audiencias ocurran. Hay reportes habituales de niños y mujeres migrantes secuestrados y violados en esos lugares”, relató Talbot.
Por su parte, Sharry criticó que el Gobierno de Trump “ha creado una crisis humanitaria en la frontera en lugar de resolver y abordar los problemas” del límite sur del país.
“Este acuerdo con México solo creará más caos y problemas”, sostuvo el activista.
El acuerdo, detallado en una declaración conjunta de los dos Gobiernos, contempla que EEUU envíe de regreso a México a todos los solicitantes de asilo, un colectivo que conforma el grueso de la actual oleada migratoria.
Asimismo, México anunció que su Gobierno enviará 6 mil agentes de su Guardia Nacional al sur de su territorio y la frontera con Guatemala.
Este es, de hecho, el segundo pilar del acuerdo alcanzado el pasado viernes, con el que México se comprometió a adoptar “medidas sin precedentes para (…) frenar la inmigración irregular”, así como “medidas contundentes para desmantelar las organizaciones de tráfico de personas y sus redes ilícitas de finanzas y de transporte”.
Para que ese plan funcione, México quiere que EEUU invierta 4 mil 800 millones de dólares.