Los servicios de inteligencia del Estado Mexicano están rezagados y los sistemas de detección y evaluación de riesgos a la seguridad nacional, han bajado la guardia y muestra de ello son las explosiones de artefactos en sitios como el Senado de la República y en espacios de convivencia pública, aseguró Mario Arroyo, especialista en seguridad y política criminológica.
El especialista consideró que no pueden interpretarse como hechos aislados los casos suscitados en sólo siete días donde se reportaron falsas alarmas de explosivos y detonación de artefactos como el de la senadora Citlali Hernández, en sus oficinas de la Cámara Alta.
De acuerdo con un recuento de hechos, el 22 de mayo se registró una amenaza de bomba en la sede del Poder Judicial de la Federación, en San Lázaro; 25 de mayo, estallido de artefacto en una sala de cine de la Plaza Oriente, en Gustavo A. Madero con saldo de un herido.
El 27 de mayo, movilización policíaca por amenaza de bomba en la sede nacional de Morena; 28 de mayo, Fuerza de Tarea localiza un artefacto elaborado con pirotecnia y cables, en la colonia Defensores de la República, en Gustavo A. Madero, y 29 de mayo, estalla un artefacto oculto en un libro, a la legisladora Citlali Hernández, en el Senado de la República.
Mario Arroyo consideró que es preocupante el debilitamiento de los sistemas de inteligencia y afirmó que el Estado, está obligado a contar con servicios ampliamente capacitados y alertas en materia de prevención, detección, e investigación forense.
En entrevista, señaló que el nuevo Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el cual sustituyó al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), da muestras de tener la guardia abajo.
"Toda la responsabilidad le toca a este Centro Nacional de Inteligencia que tiene grandes recursos humanos grandes capacidades tecnológicas pero creo que están dormidos en sus laureles, no sólo en los casos de los artefactos explosivos que se han detectado y que han estallido en la ciudad de México, sino en un sinnúmero de acontecimientos que están ocurriendo, el ataque a miembros de seguridad del penal en Morelos, en fin", puntualizó el especialista.
Subrayó que los explosivos no son la única muestra de debilidad en las áreas de inteligencia, existen otros eventos que reflejan laxidad en la detección y prevención de riesgos.
"Yo creo que sí, si están fallando no sólo en estos acontecimientos, también lo vimos en el caso de Michoacán, con el ataque a la policía municipal de Zamora; la detención por parte de grupos armados a militares en la Huacana, te diría que sí están fallando los servicios de inteligencia no solamente civiles sino también de las fuerzas armadas.
"Creo que esto debió anticiparse y si no, es el momento de hacer las correcciones necesarias, porque la única manera es prevenir esto es con unos servicios de inteligencia eficaces y que funcionen", advirtió.
Aclaro que el panorama se ensombrece si a esto se suma el clima generalizado e inseguridad, control territorial de la delincuencia organizada y una clase política que ha disminuido los presupuestos en materia de seguridad.
@amarilloalarcon