Al rechazar participar de la controversia generada por la visita del ex mandatario boliviano Evo Morales a un sofisticado restaurante capitalino y las críticas de quienes ahora gobiernan Bolivia por las constantes declaraciones de Morales, el presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que su gobierno no va a meterse en "esta polémica"; México ya otorgó el asilo como lo ha hecho con otros perseguidos políticos como parte de la política que enaltece al país.
"Que por qué habla Evo, que cuánto cuesta darle la protección, su sustento… todo eso, con todo respeto, es secundario y cercano a la mezquindad y eso no es lo que representa México. Si hay respeto a nuestro país en el mundo es por nuestra actitud generosa y fraterna con otros pueblos", declaró López Obrador al señalar que "no le hará el caldo gordo" a los conservadores.
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Desde Palacio Nacional, López Obrador se refirió a las convenciones de La Habana y Caracas y leyó partes de la Constitución en materia de asilo; de acuerdo al artículo 11 de la Carta Magna, México actuó para defender la vida de Evo Morales, indicó.
"Ahí se definen las libertades de quienes reciben asilo, sobre todo en la Convención de Caracas en los años 50, por lo actuamos de conformidad con la Constitución y el derecho internacional", subrayó el presidente López Obrador al confiar en que así se entenderá al interior y al exterior del país.
La diplomacia mexicana "viene de lejos y tiene que ver con la defensa de los derechos humanos, protección de perseguidos políticos ya que se ha puesto en práctica en momentos difíciles y recordó que Mexico ha dado cobijo a judios, libaneses, españoles o a Trotsky, así como a los perseguidos de las dictaduras del Cono Sur", concluyó el primer mandatario mexicano.