En los alrededores de la Cámara de Diputados, las organizaciones campesinas y sociales que mantienen un plantón desde el pasado lunes, lejos de entrar en pánico o encender alarmas, luego de que las autoridades parlamentarias anunciaran que la aprobación del Presupuesto 2020 se pospone hasta el miércoles 20 de noviembre, se mostraron en completa calma y sin intenciones de retirarse del lugar.
En San Lázaro, la vida al aire libre de los miles de manifestantes que bloquean el paso por todas las calles aledañas, continúa sin interrupciones.
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Dedicados a comer, platicar, dormir en las casas de campaña, pasar el tiempo sentados en las banquetas, consultar sus teléfonos celulares, escuchar música, los campesinos no mostraron gran inquietud después de que los congresistas pasaran para la próxima semana las negociaciones formales con sus líderes.
La organización que presentó una reacción fue el Movimiento Antorchista, que a través de su vocero, Homero Aguirre, señaló que está listo para reforzarse y mantenerse en plantón alrededor de San Lázaro, el tiempo que sea necesario y cuantas veces se posponga el aval al Presupuesto del año entrante.
Los antorchistas que piden tres mil 800 millones de pesos para el año entrante, indicaron que 10 mil de sus integrantes están listos para hacer relevos a diario y así, mantener sus posiciones afuera del recinto.
Incluso, expresaron que si alguna otra de las organizaciones que se han plantado en el lugar decide retirarse, ante la estrategia de los congresistas de someterlos a desgaste y cansarlos al retrasar la aprobación de los Egresos, ellos tomarán dichas posiciones, a fin de mostrar su desacuerdo con la distribución de los recursos el año entrante.
Mientras tanto, los integrantes de las distintas agrupaciones que forman parte del Frente Auténtico del Campo (FAC), al parecer tomaron con calma los dichos de los legisladores federales, quienes también puntualizaron que no se otorgará "ni un peso" a las organizaciones intermediarias.
Aunque un número cada vez más reducido de manifestantes permanecen en el lugar, las carpas, casas de campaña, lonas, colchonetas, cocinas móviles y pertenecías siguen ahí, excepto las de la Confederación Nacional Campesina (CNC), que estaban instaladas en la esquina de la calle Emiliano Zapata y la Avenida Eduardo Molina.
Los antorchistas siguen realizando actividades culturales, artísticas y con la presentación de grupos de danza típica mexicana, cantantes vernáculos y mariachis.
Mientras tanto, los integrantes del FAC, muchos menos de los que llegaron desde el pasado lunes, duermen en sus casas de campaña, charlan al pie de las banquetas, comen, van y vienen entre carpas y camiones estacionados, y también se dedican a ver las mercancías del gran número de puestos ambulantes que se han instalado principalmente sobre la calle de Emiliano Zapata.
Les ofrecen desde refrescos, tacos, café, cerveza, ropa, pilas, cargadores para teléfonos, bocinas y hasta los propios aparatos celulares.
A una semana de plantón, los manifestantes parecen haberse acostumbrado a los montones de basura que ya se acumulan en las calles y en grandes bolsas apiladas en distintos puntos del plantón, así como a los aromas de alimentos recién preparados, mezclados con el hedor de los baños portátiles que algunas organizaciones como el Movimiento Antorchista instalaron en el lugar.