En la Cámara de Diputados, la sesión ordinaria inició de manera abrupta, por el pleito que se desató entre legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) y el vicecoordinador del Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña que acusó a una congresista del albiazul, de estar involucrada en trata de personas en el estado de Tlaxcala.
El petista y los panistas se enfrascaron en una ronda de acusaciones mutuas, en las que los calificativos de hipócritas y misóginos cruzaron de un lado a otro del Pleno.
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El desorden y gritería provocados por el tema, obligó a la Mesa Directiva a decretar un receso para determinar el tratamiento a dar al tema, lo que también retrasó aproximadamente una hora el inicio de la comparecencia ante el Pleno, del titular de la Secretaría de Agricultura, Víctor Villalobos.
Todo inició cuando el diputado Fernández Noroña pidió el uso de la palabra, para reclamar la conducción de la presidenta Laura Roja, y otra, para reiterar el anuncio de que un juez lo amparó contra la resolución del Congreso de Nuevo León, que lo catalogó como "persona non grata".
Ahí, el diputado Noroña comenzó a hacerse de palabras con la presidenta Rojas Hernández y a contestarle un tono autoritario.
Las diputadas panistas, en voz de Marcela Torres, se inconformaron con las expresiones que el petista hizo en el estado de Tlaxcala, donde afirmó que la diputada Dávila Fernández es "más bocona que la chingada" y advirtió su intención de "ponerle una chinga" cuando volviese a "abrir la boca", según parafraseó la propia aludida.
Desde su curul, el diputado petista intentó negar sus dichos. Afirmó que nunca nombró a ninguna legisladora y a ningún partido político.
"Que tiene que ver con la trata de personas en Tlaxcala, que es el tema de debate que está detrás. Yo no hice alusión a ninguna legisladora en mi intervención, a ningún partido\u2026 todavía no termino\u2026 hay trata de personas en Tlaxcala y yo hice un señalamiento muy fuerte sobre el tema. Y ahora Acción Nacional reconoce que una diputada suya está involucrada en la trata de personas", decía el congresista cuando la Mesa Directiva pidió retirarle el sonido.
Los señalamientos generaron reclamos de la bancada del PAN, a los cuales se sumó la representación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en voz de la diputada Mariana Rodríguez, sentenció que las palabras misóginas y la violencia de política de género del vicecoordinador del partido laborista, ofende a todas las diputadas y a todas las mexicanas, en un lamentable ambiente de feminicidios en México.
El encontronazo provocó que la Mesa Directiva decretara un receso de 10 minutos, que se extendió casi una hora, durante el cual, los coordinadores parlamentarios abordaron el tema y llamaron al orden al diputado Noroña.
Al terminar el encuentro, se convocó a la presentación de un pronunciamiento conjunto, en el que Fernández Noroña, presionado por los líderes parlamentarios, no tuvo más opción que reconocer el error, declarar que no tenía elementos para acusar a la diputada Dávila y ofrecer que moderará sus dichos en el debate parlamentario.
Flanqueado por la propia diputada Dávila, los líderes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), PRI, PAN y la coordinadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como diputadas del Movimiento Ciudadano (MC), el legislador se tuvo que disculpar, aunque dijo que sus palabras obedecían no a acusaciones directas, sino a un "planteamiento político".
"Y a mí me parecería una ligereza al no reconocer que cometí un error al hacer este planteamiento político, porque yo no le hago un señalamiento y yo quiero decir con toda honestidad, lealtad y franqueza, que no tengo ningún elemento de que la diputada Dávila esté vinculada con los grupos criminales de la trata de personas. Y yo debo reconocer que ahí cometí un error y que debo medir las palabras que planteo en el debate político", remarcó Noroña.
Aunque la diputada Dávila también reconoció la voluntad del petista por aceptar su falla, advirtió que procederá a interponer una queja y solicitar una investigación del Comité de Ética de la Cámara, a fin de que se realicen las pesquisas correspondientes y el tema de las acusaciones y la violencia política de género ejercidas por éste, sean esclarecidas y tenga consecuencias.