Al identificar costos de hasta un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto por una mala salud mental, en particular por la depresión, Benjamín García Márquez ha desarrollado un fármaco con mayor eficacia que los tratamientos actuales, como la fluoxetina (Prozac\u2122).
Como estudiante de doctorado del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) generó una patente ya aprobada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, sobre una formulación que ayuda a inhibir el transporte de la serotonina.
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Explicó que en los procesos depresivos existe poca disponibilidad de serotonina, un neuromodulador liberado en regiones del cerebro involucradas con el estado de ánimo de las personas, como el hipocampo, la amígdala, el área ventral tegmental, el núcleo accumbens, entre otros.
A pesar de no tener claras las causas fisiológicas que conllevan a la depresión, se tiene registro que, a nivel cerebral, ocurre un desequilibrio entre las diferentes sustancias neuromoduladoras, como la serotonina, la dopamina, adrenalina y la histamina, pero es la primera la más alterada durante ese padecimiento.
En una persona sin esas afectaciones mentales, cuando se realizan las funciones neuronales, la serotonina es recapturada por la célula que la secretó, ya sea para degradarla o reutilizarla.
Durante la depresión, la cantidad de serotonina es baja, de modo que, al reintroducirse a las células, impacta sobre el estado de ánimo. Por ello, los tratamientos actuales para la depresión se encargan de bloquear el transporte con la intención de tener más cantidad de serotonina disponible y, en consecuencia, el sujeto se siente de mejor ánimo.
"En el caso de la formulación obtenida por el Cinvestav, se trata de imidazolinilindoles que inhiben las proteínas que capturan la serotonina, con un efecto mayor al tratamiento más usado para atender la depresión, lo que significa una ventaja competitiva al requerir de menor dosis", explicó Benjamín Florán Garduño.
Aunque la patente se creó para combatir la depresión, los investigadores no descartan realizar otros estudios a fin de identificar nuevos usos. "Al ser parte de una familia de fármacos bloqueadores del transporte de neurotransmisores, es posible que tengan efecto en otros trastornos, relacionados con la ingesta de alimentos, finalizó el investigador del Cinvestav.