Los líderes históricos del Movimiento de 1968, quienes siguen conmemorando la Matanza de Tlatelolco, reiteraron su exigencia de justicia por los hechos del pasado y los actuales.
Minutos antes de las 4 de la tarde, el contingente partió de la Plaza de las Tres Culturas con la consigna de que fuera una marcha en paz, misma que fue custodiada por miles de ciudadanos que formaron una valla, tomados de la mano, en lo que anunció el gobierno eran los cinturones de paz, compuestos principalmente por trabajadores de las delegaciones y el gobierno de la Ciudad de México.
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Felix Hernandez Gamundi, uno de los otrora integrantes del Movimiento Nacional de Huelga (MNH), sostuvo que aún sigue impune el crimen de Estado en el que fueron asesinados un número indeterminado de ciudadanos y estudiantes, por lo que confío que en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pueda hacer justicia.
Pidió que se reactiven los archivos para castigar a los culpables de la masacre estudiantil, por lo que también pugnó a que termine la violencia.
En un mensaje en el Zócalo, Hernández Gumundi dejó claro que es necesario retomar la lucha para un nuevo país, "un país donde quepan todos, debemos organizarnos para un nuevo país. Todos tienen cabida. La yunta jala cuando los bueyes caminan juntos".
Sostuvo a 51 años de distancia de los hechos del 2 de octubre, se tienen dos tipos de demandas: una vieja que es la de justicia y las nuevas de generar mejores condiciones para los mexicanos, principalmente a los jóvenes.
"Nuestra demanda vieja es de justicia que hace 51 años se cometió un crimen de Estado, un crimen que afectó a todos los mexicanos, contra todo el pueblo mexicano. Ese crimen ya fue sentenciado por el Poder Judicial como genocidio", aseguró.
Hernández Gamundi subrayó que siguen en la jornada de lucha, por lo que el llamado al día de hoy es a la organización, ya que "hoy todo está pendiente, todo está por hacerse y hay condiciones para cambiar al país".
Ante miles de personas, también demandó que se debe romper el estado de impunidad de la que han gozado los que perpetraron la masacre del 2 de octubre de 1968, por lo que pugnó a que no se repitan casos como los que se registraron en Acteal o en Ayotzinapa.
En el marco de esta manifestación, grupos de personas no identificadas realizaron algunos disturbios y agredieron a los asistentes, especialmente a los que integraban los cinturones de paz.