En la Cámara de Diputado, la primera sesión ordinaria de la LXIV Legislatura inició nueva cuenta a tambor batiente y con una confrontación directa entre el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz, con el diputado registrado por el Partido Encuentro Social (PES), adscrito a la bancada del Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández.
A pregunta expresa del diputado Santiago González, de la bancada del Partido del Trabajo (PT), Muñoz Ledo justificó su asistencia y la del vicepresidente de la Directiva, el panista Marco Adame, a la presentación del Informe del Presidente Enrique Peña, en Palacio Nacional.
“Y quiero decir, y quiero decir que tanto el diputado como yo, fuimos agredidos físicamente por otro miembro de este Congreso, lo que es inaceptable. Por fortuna el proyecto de ley sobre fuero constitucional será presentado por el diputado Pablo Gómez”, lanzó el presidente.
Cuando Fernández Noroña quiso seguir con ese debate y usar la palabra para recriminar la presencia del presidente del Congreso en el acto al que calificó como una “parodia”, y revirar a la acusación por agresiones, el diputado Muñoz Ledo respondió tajante que no accedería a su petición.
“¡No permitiré que usted ponga desorden en esta Cámara, no lo permitirá la Cámara!, espero su respuesta. Tome su asiento, señor diputado”, ordenó Muñoz Ledo.
Retador, Noroña se apersonó en la Tribuna y afirmó que tampoco estaba dispuesto a “tolerar” la “insolencia” del diputado Muñoz.
“Señor presidente, no le voy a tolerar su falta de respeto, no le voy a tolerar su insolencia”, espetó el legislador.
“No soy insolente, ¡usted es un golpeador, usted es un golpeador”, reviró el encargado de dirigir la asamblea.
Ni con esa frase lapidaria, el diputado Fernández cedió en la insistencia. Furibundo, se enfiló hasta en dos ocasiones hacia el área de la Tribuna para cumplir ese propósito, incluso por encima de la diputada secretaria Ana Guevara.
“Estoy pidiendo el uso de la palabra de manera correcta desde el principio de la sesión. Ahí está, ahí está, ahí está, yo vengo a plantear argumentos y vengo a hablar de una violación al artículo 69 constitucional”, decía Noroña, desde el micrófono que correspondía utilizar en ese momento a la diputada Guevara.
Los gritos de “¡fuera, fuera!” y “¡bájate!”, opacaron su voz. También fueron más sonoras las instrucciones del presidente de la Mesa, que visiblemente molesto por la insistencia del diputado Noroña, puso a consideración de la mayoría la decisión de permitirle o no hablar.
“Para que no se hable de autoritarismo, pido a la asamblea en votación económica, si se le concede al diputado Fernández Noroña el uso de la palabra”, consultó en voz alta el presidente de la Mesa.
Sin esperar a que la secretaria de la Mesa realizara el trámite, como usualmente ocurre, el propio Muñoz Ledo cumplimentó la diligencia.
“¿Los que estén por la negativa?” preguntó, entonces las manos de la mayoría en el recinto se alzaron para obligar al diputado Gerardo Fernández a dejar el lugar que ocupó durante unos minutos.
“Mayoría abrumadora de la asamblea, sigamos la sesión”, sentenció.
El diputado Fernández Noroña bajó del lugar, nuevamente envuelto en los gritos de “¡fuera, fuera!”.
Recriminó las agresiones de las cuales responsabilizó a Noroña, advirtió que no le permitirá generar desordenes en el Palacio Legislativo, y lamentó que haya diputados “que no se den cuenta de que ya ganaron” las elecciones, forman parte de la mayoría y mantienen actitudes fuera del orden republicano.
Tras llamar “insolente” al octagenario y exigirle respeto en calidad de “pares”, Noroña aseveró que su intención no es la de generar desórdenes, sino plantear argumentos.