En el marco de la revisión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la renegociación del capítulo laboral será complicada para México, consideró el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.
Al analizar el tema, el Centro indicó que abordar los temas laborales en la renegociación del Tratado será “un serio desafío”, ya que las presiones y planteamientos de los socios de Canadá y Estados Unidos, respeto a la homologación salarial en la región no podrían atenderse en el corto plazo.
“La inserción del país en este acuerdo laboral va a depender por entero de los incrementos en la productividad y de los salarios”, apuntó.
El estudio titulado “Trabajo y salarios. Panorama mundial y el caso de México”, que forma parte del reporte “Salario digno, pensión digna, vida digna”, señala que por delante hay un camino “difícil y tortuoso”, debido al nivel de precarización laboral que domina en el país, el “grave distanciamiento” entre las políticas nacionales y las recomendaciones de instancias como la organización Internacional del Trabajo (OIT).
Agrega que la reforma laboral aprobada en 2013, ha permitido una mayor generación de empleos, pero en condiciones inestables y sin sueldos remuneradores ni dignos.
Dichos cambios y la situación económica nacional, abunda, ha propiciado que gran parte de la población esté ocupada en la economía informal y con acceso a pagos de apenas uno o dos salarios mínimos. En esas condiciones, abunda, “tampoco se avizora un futuro esperanzador para los trabajadores”.
Añade que los avances tecnológicos y el desarrollo acelerado de las telecomunicaciones, están desplazando a los trabajadores de la economía formal a la informal y hacia la mano de obra, lo que refleja una urgente necesidad de actualizar la capacitación y competencias de los empleados.
Indica que la presencia y dominio de grandes consorcios, así como sus esquemas de pago de salarios, están influyendo en conjunto en el sector económico.
Por ello, agrega, es necesario que la cooperación internacional para el desarrollo permita generar más fuentes de ingreso estables, así como trabajos “dignos y decentes”.
Plantea que el aumento en la productividad debe estar asociado al pago de mejores salarios, pero en
México no sucede debido al estancamiento en esa materia.
Expone que de 2015 a 2017, 887 mil personas más se sumaron a la Población Económicamente Activa (PEA), mientras que 2.1 millones de personas se sumaron a la población inactiva, por lo que la tasa de desocupación en el periodo de tiempo citado, fue de 3.5 por ciento
Plantea que el trabajo subordinado es realizado por el 68 por ciento de la población ocupada; mientras que el trabajo por cuenta propia es realizado por el 22 por ciento de la población.
Entre 2013 y 2017, 2.6 millones de personas se sumaron al trabajo subordinado, y 600 mil al trabajo por cuenta propia; aunado a que la tasa de desocupación y subocupación, refleja el problema del empleo precario; y la población en la economía informal llegó al 60 por ciento de quienes en México, tienen una ocupación remunerada.