Con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) apuntó que en México la población alcanza los 123.5 millones de personas, de ahí la importancia de reconocer las dinámicas de población y el impacto del cambio demográfico.
Cifras del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estiman que la población universal alcance los ocho mil 600 millones en 2030, nueve mil 800 millones en 2050 y 11 mil 200 millones en 2100.
“La dinámica demográfica impone a los Estados importantes retos para alcanzar un nivel de desarrollo que promueva un mayor bienestar social, paz, prosperidad y oportunidades económicas para todas las personas”, planteó la CNDH.
Además, la importancia de proteger el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, de acuerdo a los objetivos 1 y 10 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, convocan a poner fin a la pobreza y lograr la inclusión, respectivamente.
Conforme al Programa Nacional de Población 2014-2018 elaborado por el Conapo, México enfrenta importantes desafíos como el cambio en la estructura por edad de la población, esto es, el incremento en las tasas de personas mayores.
Y, por consiguiente, alteraciones en el patrón de enfermedades y mortalidad, así como modificaciones en los modelos de movilidad.
Otros retos son la garantía en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y, la persistencia de antiguos rezagos demográficos que impactan en los contextos sociales de mayor marginación y vulnerabilidad.
“La Planificación familiar es un derecho humano” constituye el eje temático de la conmemoración del Día Mundial de la Población, que se realiza cada 11 de julio, resaltó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La celebración fue establecida en 1989 por la Organización de las Naciones Unidas, con la finalidad de centrar la atención en la urgencia e importancia de las cuestiones relativas a la población, refirió el organismo nacional.
Acorde a los estándares internacionales, las autoridades deben garantizar que todas las personas sin distinción alguna puedan acceder a los servicios de planificación familiar, a la información y a los métodos anticonceptivos.
Estos métodos deben estar disponibles en calidad y cantidad suficiente, ser accesibles y asequibles, a efecto de que las personas decidan libremente sobre el número de hijos que deseen tener.
Para ello, se deberá salvaguardar la privacidad y confidencial de quien solicite información o acceda a esos servicios.