En el recinto parlamentario de San Lázaro, la actividad se encuentra reducida al mínimo, la ausencia de legisladores es prácticamente total, y algunos de ellos reconocieron que no hay razón de acudir a las oficinas ni de intentar tomar decisiones, como un periodo extraordinario de sesiones.
El diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Guadalupe Acosta y la presidenta de la Comisión de Seguridad Social y diputada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Araceli Damián, reconocieron por separado y con sus respectivos matices, que en la Cámara de Diputados la inactividad es notoria.
Lo que no se ha suspendido es el pago a los congresistas, que cada mes reciben una dieta de más de 74 mil 600 pesos, 45 mil 800 pesos para “asistencia legislativa” y 28 mil 700 pesos para atención ciudadana.
Los recursos para solventar esos pagos hasta el 31 de agosto próximo, en el caso de los diputados y diputadas salientes, forman parte del presupuesto del recinto parlamentario para este 2018, aprobado desde diciembre del 2017, junto con el paquete económico del año en curso.
En particular, el diputado Acosta Naranjo manifestó que la LXIII Legislatura prácticamente ha terminado y lo prudente es esperar la llegada de los nuevos parlamentarios.
“Pues ya esta Legislatura concluyó el trabajo político legislativo, ahorita ya hay que dejar a los nuevos legisladores para que, bajo el nuevo mandato popular se tomen las decisiones. Sería absurdo que esta Legislatura quisiera tomar todavía algunas decisiones”, apuntó.
“Mi opinión es que debemos aguardar a los nuevos legisladores, que ahorita tienen una nueva correlación, que la correlación anterior no puede tomar medidas que sean importantes para el país porque es otra votación. Sería una irresponsabilidad nada más para darle satisfacción a algunos de decir: ¡oye, que vengan!”, justificó.
Por su parte, la diputada Damián González, que preside la Comisión de Seguridad Social en San Lázaro, reconoció que las instancias parlamentarias cayeron en la inmovilidad desde mayo pasado, en cuanto terminó el periodo ordinario de sesiones.
Manifestó que el diseño de los reglamentos en el Congreso debería cambiar, a fin de reducir los recesos entre uno y otro periodos ordinarios de trabajo, lo anterior, para desahogar el trabajo pendiente en comisiones y así, atender los intereses de la ciudadanía.
La legisladora de Morena señaló la inmovilidad del Legislativo durante los recesos, donde no hay convocatorias al trabajo en comisiones y los diputados están ausentes, no permite abrir espacios de diálogo ni acuerdos.
A ello se suma, como sucedió en meses pasados y con motivo del fin de la Legislatura, el término de los contratos con los asesores y personal auxiliar en la Cámara, dijo.
“Eso prácticamente es una declaración de que ya no va a haber trabajo legislativo y menos en un periodo como este, de cambio de gobierno. Es incorrecto, desde mi punto de vista que se den estos espacios tan grandes de inactividad al interior de la Cámara de Diputados”, refirió.
“Además, no hay actividad, no hay con quien dialogar, no hay trabajos, no hay reuniones, no hay nada”, lamentó la legisladora, al comentar que en lo personal, retomará su carrera académica a partir del 1 de septiembre, cuando se instalan el Congreso General e inician trabajos sus nuevos integrantes.