Los usuarios de la banca en México no cuentan aún con condiciones adecuadas de acceso al crédito, ya que los préstamos bancarios tienen un alto costo y los instrumentos de ahorro generan bajos rendimientos, planteó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), de la Cámara de Diputados.
En el estudio “Sistema Financiero Mexicano 2014-2017. Avances y retos”, el organismo apuntó que las ventajas para los usuarios de crédito y ahorro bancario son reducidas, en comparación con los avances registrados por las entidades financieras en los últimos años.
Señaló que en comparación con los países de la región Latinoamericana, la inclusión financiera en México es aún reducida, y el número de empresas que cotizan en el mercado de valores es bajo.
Indicó que en los últimos cinco años, el sistema financiero ha mostrado estabilidad y la morosidad de los clientes no solo se ha mantenido baja, sino que a partir del 2014 presentó una tendencia decreciente.
Sin embargo, la dinámica en el otorgamiento de créditos aún es reducida, al igual que la competencia, eficiencia y penetración en dichos rubros.
Refirió que de mayo del 2013 a mayo de 2018, la cartera de la banca comercial bajó de 2.80 a 1.95 por ciento; los créditos comerciales también disminuyeron de 1.98 a 1.28; y la cartera de consumo también se redujo, de 5.56 a 4.16 por ciento; mientras que la morosidad en créditos hipotecarios no reportó cambios.
Tras enfatizar que el sistema financiero es uno de los motores del crecimiento económico y de un adecuado desempeño de la economía, si los recursos financieros se asignan de manera eficiente a la inversión, recalcó que en los hechos, hay rezago en materia de inclusión financiera.
Las cifras mejorarían, si el acceso a servicios financieros presentara mejores condiciones para la población; si los instrumentos de crédito y ahorro fueran más eficientes, confiables, modernos y menos costosos, puntualizó.
Expuso que si hubiese más ventajas y menos costos para los usuarios, a largo plazo el sistema financiero sería más competitivo, eficiente, incluyente y eficaz, incluso en condiciones económicas nacionales e internacionales adversas.
Tras indicar que el crédito financia la producción, el consumo y la formación de capital, lo que en suma fortalece la actividad económica, el CEFP agregó que el crecimiento anual de la cartera de crédito en la banca comercial en los últimos cinco años fue de 7.96 por ciento. El registro más alto en dicha actividad se registró en el año 2006, hace doce años, con un aumento de 28.60 por ciento.
Refirió que en el último año, de marzo de 2017 a marzo del 2018, el crédito otorgado por la banca comercial creció en 5.7 por ciento; mientras que el crédito para consumo aumentó 3 por ciento; a la vivienda 2.7 por ciento; y a personas físicas con actividad empresarial, 9 por ciento.
El crédito de intermediarios financieros no bancarios privados, disminuyó más del 19 por ciento, lo cual confirma el menor dinamismo en el crédito de la banca comercial registrado a inicio de este 2018, en comparación con las cifras más altas registradas, reiteró, hace 12 años.
Consideró que esto se debe, en parte, a la excesiva regulación bancaria y a los altos costos para las instituciones crediticias.
Por lo anterior, abundó, se requiere adecuar el un marco regulatorio, para reducir sus deficiencias y a la par, aminorar los riesgos financieros y los impactos negativos sobre la actividad económica.
Enfatizó que un sistema financiero fuerte y con una más amplia cobertura, elevaría el crecimiento económico y el bienestar de la población, así como un uso más eficiente de los recursos financieros.