Con el Jardín Hidalgo de Coyoacán, abarrotado de seguidores, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia, resaltó la pluralidad de fuerzas políticas que le acompañaron en los actos de la Ciudad de México; desde los liderazgos histórico de Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, figuras de la izquierda como Pablo Gómez y Alejandro Encinas, y los ex dirigentes del Partido Acción Nacional, Germán Martínez y Manuel Espino.
“Vamos a establecer una auténtica democracia, esta será la última elección celebrada bajo sospecha, con compra de votos y dónde se apueste al fraude electoral”, confío el político tabasqueño.
Esta, sentenció, “va a ser la última elección en que se trafique con el hambre de la gente”, apuntó al exhortar a sus simpatizantes que acudan a votar y a cuidar las casillas.
“Se está logrando la unión para transformar al país, los otros no son enemigos a destruir, sino adversarios a vencer”, dijo López Obrador al subrayar que su movimiento “va a lograr la independencia del poder económico del poder político, con un gobierno que representará a todos, a pobres y a ricos; donde se respete la libertad y la diversidad”.
Resaltó que impulsará 30 proyectos estratégicos que convertirían a México en una potencia económica, porque actualmente hay miles de programas para simular el desarrollo, pero sin impacto, como es la atención a 2 millones 600 mil jóvenes.
Ironizó cuando sus críticos le señalan que al prometer un aumento de los salarios de los pobres y bajar los ingresos de los ricos “es populismo”; si es así, “que me apunten en la lista”, refrendó López Obrador.
También pidió a sus simpatizantes que lo “cuiden”, porque el
Estado Mayor Presidencial ya no se hará cargo de la seguridad de su eventual mandato sino que todos estos elementos se van a integrar a la Defensa Nacional.
El pueblo, insistió, “siempre tendrá la rienda del poder en sus manos”, como se refrendará cada tres años con el proceso de revocación del mandato.