En esta elección están en juego no sólo los cargos, sino el futuro de las grandes fuerzas políticas que en los últimos años habían ordenado dinámica y referentes político-partidarios, consideró Jacqueline Peschard, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, al participar en la discusión “El debate presidencial: escenarios y consecuencias”.
Hasta ahora, los estudios sobre comportamiento electoral habían determinado que sí había un punto identificable entre las posiciones de izquierda y las de centro-derecha, pero ahora, con el desdibujamiento de los partidos, expresado en buena medida por la formación de coaliciones, ya no se ven referentes políticos, dijo.
En el debate hubo ausencia de propuestas que pudieran levantar los ánimos y las expectativas de los ciudadanos, destacó en el evento organizado por el proyecto colectivo La democracia mexicana en la sucesión presidencial de 2018.
Víctor Manuel Durand, investigador emérito del IIS, consideró que ante el escenario actual existe la posibilidad de que ninguna fuerza pueda controlar el sistema político nacional.
Esto genera dos preocupaciones: la del Gobierno Federal de ganar la elección; para ello, usará las instituciones para atacar a los adversarios e interceder a favor del candidato del tricolor.
Otra es la compra de votos de los ciudadanos, de gobernadores y legisladores, lo que “podría indicar que hay una línea de acción autoritaria, que puede poner en riesgo a la democracia”, sostuvo en la mesa moderada por Álvaro Arreola, académico del IIIS.
Por su parte, Rosa María Mirón Lince, académica de la FCPyS, coincidió en que los grandes ausentes en el debate fueron los partidos políticos. “Parece ser que su apuesta ha sido desdibujarse. De hecho estas alianzas inexplicables atentan contra la democracia cuando hoy lo que más necesitamos es fortalecerla”.