En la Cámara de Diputados, la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal salió de manera atropellada, entre gritos y pleitos, protagonizados por las fracciones del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y del Partido Acción Nacional (PAN).
Los integrantes del albiazul, que con sus protestas contribuyeron a reventar la sesión, decidieron no presentarse a la convocatoria “vespertina” que terminó antes de las dos de la madrugada de este miércoles. La llamaron “espuria e ilegal”.
La mayoría conformada por Morena, aliados, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), avalaron en lo particular, con 330 votos a favor, los escasos cambios admitidos y que, con el resto del dictamen serán turnados al Senado.
Sesión Ordinaria 13 noviembre 2018 https://t.co/mhpJYGzK1f
— Cámara de Diputados (@Mx_Diputados) 14 de noviembre de 2018
El caso omiso a las reservas presentadas por Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), los orilló a abandonar la sesión antes de la media noche.
El encontronazo entre panistas y morenistas se dio horas antes, durante la sesión “matutina” que tronó alrededor de las seis de la tarde.
Antes, dieron luz verde al dictamen por el que se crean las Comisiones de la Verdad, el cual será enviado al recinto senatorial.
Pero al debatir el grueso de la reforma y al grito de “AMLO dictador” y “Es un error tener a un dictador” el albiazul alertó sobre los visos autoritarios de la misma, refutó el nombramiento de los “súper delegados” estatales, y acusó simulación en la dictaminación.
Los opositores fueron escuchados, pero con “oídos sordos”, porque la reforma prácticamente no sufrió cambios, se quejaron panistas, priistas y perredistas.
Los integrantes de la bancada albiazul, por segunda vez en la Legislatura, tomaron la Tribuna.
Mostraron una gran manta con una fotografía del finado Hugo Chávez y el rostro de Andrés Manuel López Obrador. “No a la Dictadura Obradorista”, decía el impreso.
Antes de que el Pleno se convirtiera en un “campo de guerra”, tal y como advirtió el presidente de la Cámara, Porfirio Muñoz, se pidió “amor y paz”.
Los llamados no hicieron eco y el pleito escaló.
Panistas y morenistas se jalonearon la manta, se encararon y se enfrascaron en una guerra de cantos, gritos y reclamos. “¡AMLO dictador!”, decían unos. “¡Es un honor, estar con Obrador!”, respondían los otros.
Lo anterior, instantes después de aprobar el ordenamiento en lo general, con 305 votos a favor, 97 en contra y 62 abstenciones.
Ya en medio de la gritería y el desorden, “Las Mañanitas” fueron utilizadas por la bancada de MORENA, lo mismo para felicitar al mandatario electo en su cumpleaños, que para ahogar los gritos panistas.
El “regalo” al Jefe del Ejecutivo electo será una reforma que subordina a dependencias y funcionarios al Ejecutivo, acusaban las fuerzas de oposición.
Incluso los panistas, colocaron frente a las curules de la mayoría, unas cajas de cartón color guinda con las frases impresas en color blanco: “Morena”, “Corrupción”, “Centralismo”, “Autoritarismo” e “Ignorancia”. La Mesa Directiva ordenó retirar dichos implementos.
Insistentemente, la mayoría defendió el derecho del Presidente electo a reorganizar el aparato gubernamental.
El albiazul, a través de su vocero, el diputado Carlos Castaños, reiteró la advertencia: a México le espera la “dictadura Amlovariana”.
Ante el caso omiso a guardar la compostura y seguir con los trabajos parlamentarios, visiblemente molesto, el presidente de la Cámara tomó la campanilla y sin más, levantó la sesión.
Los diputados dejaron a medio votar el dictamen a discusión, al igual que las 159 reservas con propuestas de cambio registradas previamente.
Para distender el conflicto, los coordinadores parlamentarios encabezados por el titular de MORENA, Mario Delgado, convocaron a reunión urgente, en la parte trasera de la Mesa Directiva.
Al filo de las 19:30 horas, la “Sesión Vespertina” convocada por el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz, reinició con un mensaje del diputado Delgado Carrillo.
Al inicio de cada administración, planteó, se debe dar el beneficio de la duda al nuevo gobierno, a fin de organizarse como mejor considere y dar resultados.
“Tendió la mano” a las otras fuerzas políticas y señaló que se asumirán los riesgos en torno a los cambios propuestos.
Horas antes, al presentar el proyecto, la presidenta de la Comisión de Gobernación, Rocío Barrera, destacó que se atendieron las observaciones de todas las bancadas.
Se estableció que los delegados estatales, encargados de supervisar la puesta en marcha de programas sociales, las acciones de gobierno y coordinarse directamente con el Presidente de la República, no estarán adscritos a la Oficina de Presidencia, sino a la Secretaria de Bienestar.
Explicó que la reforma contempla la creación de la Secretaría de Seguridad, que se encargará de esos asuntos, de la Protección Civil y del organismo sustituto del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
Prevé la transformación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la del Bienestar; faculta a la Secretaría de Hacienda para hacerse cargo de todas las “compras consolidadas” del gobierno.
Asigna a la Oficina de la Presidencia la coordinación y aplicación de la política de comunicación social.
Contempla la desaparición de las Oficialías Mayores de las dependencias y organismos de gobierno que se convertirán en Unidades Administrativas y Financieras.
En el debate a favor y en contra, la oposición refrendó que la reforma es altamente centralista y concentradora del poder en el titular del Ejecutivo Federal y algunas escasas “súper secretarías”, como la de Seguridad Pública, Hacienda y la Oficina de la Presidencia.